"" Corazón, garra y Messi: "el Sabelismo" ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

13 julio 2014

Corazón, garra y Messi: "el Sabelismo"

--> Quién iba a decirlo, quién hubiera imaginado que el "somos fuertes adelante pero atrás..." quedaría en la historia de este ciclo de Alejandro Sabella. Él, y solo él. Tras finalizar la prueba eliminar, para el pueblo futbolero, Romero fue duda, Rojo una temerosa apuesta, Garay y Fernández lo menos malo y Zabaleta la sombra de Zanetti. Sin seguridad, expuestos al desequilibrio, con la famosa "manta corta" y sin poder hacer caso a eso de que un equipo se arma de atrás hacia adelante, se atrevió porque no le quedó otra, se conformó Don Alejandro a encarar eliminatorias, y confirmarlos a estos valientes como fijos, además de los "desconocidos" Campagnaro y Basanta y junto al sorprendido Demichelis, a quien se le abrió una ventana para entrar, y ser parte de este histórico ya, Brasil 2014.


Un artículo de Leandro Bailac (@pilarfutbol)

Alejandro Sabella, seleccionador argentino.

     También, para el resto de los mortales, desde el círculo central hacia adelante no sólo estábamos bien, sino que éramos potencia y es así, lo somos. La "manta corta" tapa piernas y pies de manera cómoda. Somos potencia a fuerza de "buen pie", de jugadores que juegan bien al fútbol, lindo porque gambetean, y verticales como nunca en la historia argentina; somos potencia por poseer a Lionel Messi, al mejor del mundo, a un tipo que cuando "engrana" es de otro planeta y que se complementa con otros "tres fantásticos" -Higuaín, Agüero, Di María- que se entienden como niños.

     Durante todo el ciclo, el "enano" más sus tres socios y además su lugarteniente, Mascherano, y su mejor intérprete, Gago -también sumado a crear más que a romper- dieron al equipo la impronta, definieron el esquema, nos convencieron entre eliminatorias y amistosos previos que Argentina podría convertirse, mientras "Masche" corre a todos, en una máquina goleadora y rompe-redes, sobre todo en primera ronda del certámen mundial y porque no en todo su recorrido cualquiera fuere el final. Era nuestra esperanza, y nuestra preocupación.
     Don Alejandro Sabella, fue "Zorro" desde la convocatoria final al cortar y definir los veintitrés, y de eso cuenta me doy hoy, siendo finalista Argentina del mundial de fútbol después de muchos años. 
     Estos cuatro o cinco inamovibles a-priori para cualquier DT -para cualquier DT que juega eliminatorias frente a rivales sudamericanos y muchas veces de local- no lo serían tanto salvo el "10", su capitán y líder junto a Mascherano desde el día uno como entrenador nacional-. Nunca estuvo convencido ni satisfecho y el desequilibrio defensivo con seguridad le provocó insomnio como a todos. Entonces pensó, consensuó con los suyos y eligió. Convirtió a algunas "críticas" lesiones en oportunidad; en lugar de generarle problemas, por el contrario las utilizó para variar, para cambiar, quizás respetando demasiado a sus opacos rivales de grupo, pero definiendo una nueva manera de jugar con este equipo. Así arrancó con Bosnia, sin Higuaín y sin Gago, con Campagnaro y Maxi Rodríguez, en un austero 5-3-2.

     Muchos consideramos a Bosnia el rival más difícil por juego, por ser el del debut. Muchos otros -y en esta línea jugadores, Messi -y aún más pasado el primer tiempo- sostuvieron que con el 4-4-2 además de resignar una manera de jugar, los 3 puntos y un primer puesto en el grupo correrían peligro. Entonces el "Zorro" consensuó, esta vez con jugadores también y cambió. Gago e Higuaín en mensaje directo a propios y ajenos y Argentina fue otro. Esos tres puntos iniciales obtenidos en un buen segundo tiempo y por golazo de Messi modelo 2008 fueron agua para este grupo todo en Rio de Janeiro. Triunfo clave, muy importante si. Victoria que nos dejó -al pueblo futbolero digo- un interrogante radical: de que manera salir a jugar. Sabella ya sabía como seguir.

     Vinieron Irán y Nigeria, con tres puntos adentro y un peso menos sobre los hombros, debut con triunfo en primer juego de mundial, entonces Don Alejandro volvió a ceder. E Irán nos complicó, aparecieron los desacoples defensivos esperados y el desequilibrio expuesto ya. Una vez más, sobre el final hubo del más ruidoso "Lío", nuevo golazo para que el horizonte sea bello, y para que se confirme con tal "lío" además, Sergio Romero, uno de los más "bancados" por la plana técnica. Nuevas dudas o más certezas para el DT, por lo "inofensivo" a pesar de la táctica, por el desbalance general.

     Ya con el pase a octavos consumado, Nigeria apareció en Porto Alegre para volver a ceder. Mismo equipo a la cancha sin arriesgar demasiado ya, y a sabiendas de que los africanos jugarían más abiertos -como algún equipo en instancias siguientes?-, buena era la prueba. Mejoró la ofensiva, creció físicamente Higuaín. Gol rápido esta vez de Messi, empate pronto también de un Musa insipirado. Golpe por golpe fue, y fue mejor Argentina y ganó 3-2 recordamos, pero desnudó las flaquezas defensivas. Mascherano solo no podrá en el medio, y menos sincronizar con la última línea si no hay ajustes. Sabella lo sabía y anotó.

     Ganar o a casa a partir de aquí, frente a Suiza. Con Agüero afuera por lesión, daba la sensación que seguiría con los tres adelante ya que Lavezzi sería el sustituto, pero el "Pocho" además de llegar debía volver hasta la mitad, así, sin que nadie se ofendiera la transición del 4-3-3 a su "amado" 4-4-2 pasaba casi inadvertida. No elige retrasar con un defensor más, es delantero el "cuarto volante", entonces el movimiento no termina siendo del todo defensivo, el mensaje menos -decisión criticada a Bielsa cuando mandó marcar a Roberto Carlos al "Burrito" Ortega-. Sufrido encuentro -tres amonestados de los seis en todo el torneo- definido poco antes, muy poco antes de los penales, con una gran corrida del 10, toque suave al otro palo de Di María al minuto 118 del segundo tiempo extra y los tres cambios permitidos, Biglia por Gago, Basanta por Rojo y Palacio por el fundido Lavezzi, .

     En cuartos el bueno de Bélgica iría a Brasilia a querer hacer historia. Enfrente Argentina quería romper racha de veinticuatro años sin poder quedarse a jugar los siete partidos. Como dijimos, sin márgen de error, Sabella delineó a gusto y por lesiones algo más equilibrado un equipo, dando claras muestras de aquella primera cautelosa elección. Desgarro para el "Kun", amarillas para Rojo y flojos Fernández y Gago, adentro del once titular Lavezzi, Basanta, Demichelis y Biglia y un nuevo 4-4-2 con características menos verticales y agresivas, pero ágil y versátil hacia el 4-3-3, virtud de Di María quien lamentablemente duró 33 minutos por lesión y de Enzo Pérez su substituto. Para la alegría del país el que apareció y temprano fue el incansable Higuaín. Lo buscó y se le dio, partidazo del 9 y a semifinales con un 1-0 sin sobresaltos atrás esta vez, salvo alguna lógica pelota aérea en el final, con demostraciones solventes de toda la línea de fondo Romero incluído. Nuevamente a una semifinal de copa del mundo.

     Sabella ya no cambiará el planteo de raíz.

     Contra Holanda el esquema no varía sustancialmente, mismo equipo con la vuelta del consolidado Rojo por el cumplidor Basanta. Mismos intérpretes que sí se escalonarán en la marca de Robben o de Kuyt o de quien venga a desbordar por afuera o quiera romper en diagonal. Y saldrá a la perfección. El 4-4-2 defensivamente es inobjetable. Ni Suiza, ni Bélgica ni Holanda hicieron un gol. Ni siquiera Robben ni van Persie se las ingeniaron para quebrar la firmeza argentina. Mascherano retrocedió aún más contra los de Van Gaal, por esto del escalonamiento y por momentos parecieron cinco los del fondo, la sensación la creó el "5" argentino quien cerró como último en dos oportunidades. Impecable y candidato al balón de oro junto a Messi y Di María por Argentina.
     Ahora bien, el técnico corrigió el déficit inicial con trabajo, con prueba y error; con la manta tapó hombros y cabeza pero este esquema le quitó virtuosismo al ataque, fuerza, furia, perdió peligrosidad, el generar situaciones de gol en cantidad y convertir varias como ocurrió en eliminatorias -no en amistosos frente a europeos-. 
     Hasta aquí, fueron apenas dos 1-0 y penales consagratorios después de un cerrado 0 a 0 en 120 minutos para ser finalistas una vez más en la historia de nuestro fútbol. Finalistas a fuerza de corazón, de garra, de pelear todas las pelotas, de correr sin cometer errores ni faltas. Sabella acomodó a su modo de sentir el fútbol. También es verdad que sin Agüero y sin Di María disponibles hubo que cambiar sobre todo sin "fideo" y no es momento de improvisar, aquí, el "Sabelismo" es válido. Hay escuela y bien sabemos de que tipo. Más cerca de un 3-5-2 de Bilardo que de un 4-2-4 "Menottista", Sabella se debate entre quien es y que tiene a mano y es noble. Le salieron bien sus cosas, sus dudas fueron certezas (Romero y Rojo) y Argentina jugará la final en Rio de Janeiro y frente a Alemania, una vez más como en 1986. 
     Y ya no queremos ver toque y goles, queremos ser campeones del mundo, como sea y los jugadores también. Pedimos más allá de garra y corazón porque Messi es nuestro y claras muestras dieron estos chicos que pueden y saben. Pero hay que olvidarse. La vida de este equipo cambió.
     Sabella va a plantear nada menos que un partido decisivo frente a Alemania, un gran equipo que en el camino dejó a Brasil, a quien echó de su casa con 7 goles. Un equipo jovén y experto, que llega con más gente que Holanda al área rival, favorito para todo el que no es argentino. Seguramente los videos de los partidos frente a Argelia y USA servirán para definir por donde ir. La gran duda es Di María en Argentina, duda existencial, porque Ángel da lo que Enzo Pérez dio y un poco más, sobre todo a la hora de atacar es necesario, necesario como el buen despertar de Messi. Pero ya todos sabemos que Argentina no piensa solo en Argentina sino en los rivales de turno, y me embandero en esta idea porque es la final de la Copa del Mundo y así llegó Argentina. Con táctica cerrada, siendo cortos, corriendo y metiendo, dejando el corazón. Y si Messi y sus socios encuentran algún espacio, ahí lastimar para matar. Si Di María está, si el "Kun" Agüero está, pueden volver a jugar de entrada, el equilibrio lo aportó Biglia por Gago ya, y preocuparíamos algo más a Joachim Löw.

     Sabella sabía que en un mundial el atrevimiento ofensivo quedaría al márgen por diversos motivos, por eso la "sabia-lista" de "23", con mas medios y defensores; y sabe y confía en sus recursos y en su libreto, así fue sub-campeón del Mundo con su Estudiantes de La Plata por gol de Messi "catalán" en un último minuto. Aplicará su teoría a fondo para que en horas ya, la gloria lo eleve por ser campeón del mundo con su Argentina esta vez y con Messi totalmente de su lado.


Escribe para 'El Chut': Leandro Bailac (@pilarfutbol)

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