Total,
que cuando apenas contábamos con 8 ó 9 años la suerte estuvo echada: mi hermano
hizo caso a la abuela (que vivía con nosotros en casa) y se hizo del Atleti, y
yo hice caso a mi padre y me hice del Madrid. La familia dividida en dos
colores. Qué mala pata. ¿No habría sido mejor que todos nos hubiéramos hecho de
un mismo equipo y así habríamos compartido juntos todas las alegrías y las
penas, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe?
Quien
no se consuela es porque no quiere. A lo mejor no somos un caso aislado. Quizás
muchos madrileños estarán igual que nosotros. Y pasaremos casi un mes muy
bonito e ilusionante pero a la vez amargo hasta la final de Lisboa del 24 de
mayo.
Así que ahora estoy cerca de los 40
años (el tiempo que llevaba el Atleti sin alcanzar una final de la Copa de
Europa) y me encuentro con que la mitad de mi familia es del Madrid (la familia
por parte de padre) y la otra mitad de la familia es del Atleti (la familia por
parte de madre). Menudo dilema. Hasta hace nada era un asunto poco menos que
intrascendente por la superioridad histórica del Madrid casi perpetua sobre el
Atleti pero ahora las cosas han cambiado y se van a jugar el título más
importante del año en el fútbol europeo.
Estoy
en un sinvivir, como si tuviera al ángel en un hombro y al demonio en el otro. ¿Quién
debe ganar la Liga de Campeones? ¿El Madrid o el Atleti? ¿Por qué uno y no el
otro? ¿No se pueden repartir el título, que haya dos ganadores, y santas
pascuas?
Porque, a ver, el Madrid no puede
dejar ganar la Copa de Europa al Atleti porque sí, porque los merengues llevan
12 años sin jugar la final de “su” competición y son muchos años sin levantar
la “orejona”. Si llevara algún título europeo en los últimos años, a lo mejor
sería otra historia, pero éste no es el caso.
Porque si hablamos de justicia
histórica, parece claro que quien debería ganarla es el Atleti, el tercer
equipo de España, que no lleva ninguna Copa de Europa y ya es hora de que la
gane. Porque, a ver, si la Copa de Europa la han conquistado el Steaua de
Bucarest o el PSV Eindhoven, ¿cómo no se la va a merecer alguna vez el Atleti?
Pero por otra parte el Madrid está
ante una oportunidad única de alcanzar la Décima, que lleva muchos años detrás
de ella y por pitos y por flautas no la ha conseguido.
En fin, que poco menos que necesito
tumbarme en el diván. Y pensar que esto es sólo fútbol, que en la medianoche
del 24 al 25 de mayo la vida sigue, que gane quien gane habrá que seguir
adelante, que los perdedores feliciten a los ganadores y que los ganadores
respeten el dolor de los perdedores. Si por algo los Héroes del Silencio decían
lo que decían…
P.D.: Con mucho cariño le dedico
este artículo a mi hermano Álex el colchonero. Que pase lo que pase el 24 de
mayo, nos querremos siempre.
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