--> Se acaba. 2014 respira ya poco y mal. Afortunadamente para la mayoría. Al menos el calendario cambiará de número, nos ayudará a respirar hondo y pensar que 2015 será diferente, aunque quizás no sea tan distinto. Habrá nuevas oportunidades, pero otras jamás podrán recuperarse. Este que acaba ha sido sin duda el año del 'gatillazo'. Y sí, utilizo metáfora sexual porque lo peor es evidente que cayó de lado masculino. Merecidamente.
Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara)Seguir a @jseguraclara
El varón español es chuleta por defecto. Presumimos de lo que no tenemos y cuando lo alcanzamos, no tardamos en perderlo por seguir alardeando en vez de continuar con el trabajo. Siempre bailamos en la inconsciencia de creer hacerlo bien todo y en todo. Por seguir con la alegoría anterior, celebramos llegar antes de tiempo y con premura a donde nos reclaman llegar tarde y sin prisa. Así nos lució el pelo también deportivamente en estos doce meses.
Al fútbol español le costó una vida ganar un Mundial y alcanzar la condición de favorito a cualquier cosa tras sumar dos Eurocopas consecutivas. Todo lo tiramos por la borda en pocos días, los que pasaron entre la venganza holandesa y la sorpresa chilena. A casa a las primeras de cambio, con el rabo entre las piernas... y el orgullo en los pies.
Claro que aquello fue en ultramar. Lo de la canasta nos cogió en pleno salón de casa. Como en fútbol estuvimos medio año hablando de la final contra Brasil, en baloncesto nos pusimos a hacer lo mismo con la de Estados Unidos. Aquí, al menos, mantuvieron el tipo en la primera fase. Paliza aquí, paliza allá, lo que nos faltaba para creer en la imbatibilidad de los chicos de oro. Hasta que Francia nos volvió a invadir con los Cien Mil Hijos de San Luis, en pleno siglo XXI. Eso sí, en este caso no hubo que gastar en viaje de regreso.
El año varonil fue tan malo que hasta terminó fallando nuestro macho cabrío. Porque Nadal volvió a ganar Roland Garros como quien se toma un café, pero el cuerpo le frenó en seco y acabó por ver el resto de la temporada prácticamente desde casa.Lo de Fernando Alonso no podía ir mejor. Si a la altanería española le sumas la arrogancia del italiano... el castañazo ha vuelto a ser importante.
El maquillaje lo pusieron los niños. Esa bendición motera inagotable. Quizás por la ignorancia de la juventud, por el hambre del que aún lo tiene todo por delante o la insolencia del héroe. Aquí no hubo fracasos. De Márquez a Márquez, pasando por Rabat. Triplete tras triplete, que aquí si los hubo.
Y mientras nos perdíamos en lamer las heridas y preguntarnos el por qué de tanta desgracia, olvidamos que el deporte ni empieza ni acaba en los hombres. Porque, al igual que en la vida, ellas no fallaron. Es más, 2014 fue otro año de crecimiento, de éxtasis femenino, de orgasmo para ellas, por qué no decirlo.
Por primera vez en nuestra historia las futboleras abrieron la puerta al Mundial, ese que jugarán sin ataduras en 2015 en Canadá. Vero Boquete y compañía aseguran competitividad y compromiso. Por si fuera poco, completaron el año las chicas de la sub 17 con el subcampeonato Mundial en Costa Rica y las de la sub 19 con el de Europa en Noruega.
Hasta Turquía, donde naufragó la absoluta masculina hace unos años, llegaron las chicas con el balón naranja y a por todas. Y a punto estuvieron de conquistar Constantinopla. Porque aquí sí jugaron la final contra USA y sólo las norteamericanas fueron capaces de evitar el título.
Para el final nos dejaron otro brillante campeonato las 'Guerreras'. Es curioso que cuando menos ha apostado este país por respaldar el balonmano femenino es cuando la selección ha dado su mejor rendimiento. A los éxitos en años precedentes, sumaron uno más en el europeo de Croacia y Hungría.
Los meses pasan tan rápido que casi se te olvida que las waterpolistas fueron campeonas de Europa, que Carolina Marín abrió una puerta desconocida convirtiéndose en el mismo año en campeona de Europa y del Mundo de bádminton o que Mireia Belmonte ganó 10 medallas internacionales y batió 3 récords del mundo de natación en pocos días... ¡siendo alérgica al cloro!
En fin, que se acaba el año, uno deportivamente maravilloso que casi todos obviamos porque (como habitualmente) continuamos con nuestro machismo. Entendiendo que los hombres mandan en algo sin entender que hace tiempo que aquí también mandan ellas.
Feliz 2015.
Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)
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