"" Lo bueno y lo malo de Vicente Del Bosque ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

24 marzo 2013

Lo bueno y lo malo de Vicente Del Bosque

--> Si Vicente no hubiera sido futbolista, habría empeñado la vida en enseñar. Y habría conocido a buen seguro la felicidad ejerciendo esa profesión, la de maestro, tan crucial para la sociedad como maltratada por quienes la gobiernan. Si Vicente Del Bosque no hubiera sido entrenador, se mantendría alejado del fútbol y del ruido que el fútbol genera, de los platós, las radios y los saraos, de los premios y los halagos, de las críticas y las inquinas. Porque Vicente es un tipo normal, con sus cosas buenas y sus cosas malas.  


Seleccionador español.
Vicente Del Bosque, en rueda de prensa.

Demasiado feo para el Real Madrid

--> Amabilidad en el Bernabéu: Suena a mentira descarada, a leyenda medieval, pero les aseguro que hubo un tiempo en el que el entrenador del Real Madrid se dejaba abordar amablemente por periodistas jóvenes y desconocidos. Lo hacía aunque hubiera terminado un minuto antes su multitudinaria rueda de prensa. Se detenía de pie, en cualquier lugar del estadio Bernabéu, y atendía con el más alto rigor las preguntas deslavazadas de aquel muchacho que hoy escribe sobre él, un crío de aspecto desarreglado que para colmo portaba la alcachofa de un medio un tanto extraño.

--> Despedido por feo: También suena a mentira estrafalaria, a burda manipulación, pero lo cierto es que Florentino Pérez despidió a Vicente Del Bosque por feo. Por aquel entonces (año 2003), en Chamartín no bastaba con ganar. De nada valían las dos Copas de Europa, de nada la impecable gestión de un vestuario plagado de egos. Un día después de  conquistar el campeonato de Liga, Vicente conoció su destittución.
Lo largaron porque ganaba sin vender, es decir, porque la imagen llegó a ser en aquel Real Madrid más importante que el fútbol. Lo largaron para traer a un tipo espigado, con buena presencia, políglota, sin bigote, con las canas teñidas. Trajeron al segundo de Ferguson en el United, un tal Carlos Queiroz que con nadie había empatado. Ni ganado. Ni perdido.

Un marqués de izquierdas

--> El marquesado: La vida ha sonreído al bueno de Vicente. Esa mentira tan extendida (y tan mentirosa) de que el tiempo pone a cada uno en su sitio encuentra su excepción, la excepción que confirma la regla, en el éxito indiscutible de Del Bosque. Campeón del Mundo y de Europa con la Roja, el maestro de Salamanca se ha pasado dos años recogiendo premios, distinciones, un doctorado honoris causa e incluso un marquesado de nuevo cuño. Porque Vicente es el primer marqués de Del Bosque, por obra y gracia de Juan Carlos Borbón.

--> La ideología: Vicente es un hombre moderadamente de izquierdas, un probable votante del PSOE, un individuo bonachón que procura hacer el bien, que confía de modo vagaroso en la bondad del ser humano como principio y fin último de un mundo ordenado con justicia. Es un señor tranquilo, reflexivo, prudente en sus expresiones públicas, con cierta tendencia a creer que el tiempo y los silencios lo arreglarán todo, quizá algo pusilánime, sin duda servil en su relación con el poderoso.
Cree que la época de los enfrentamientos pasó. Vicente Del Bosque es un continuo ejemplo de conciliación. Incluso cuando la conciliación es sinónimo de falta de arrestos.
--> Los agravios: Esos silencios medidos, tantas veces forzados, han otorgado a Vicente Del Bosque una autoridad moral sobresaliente para juzgar a los indeseables. Cuando el mudo habla, todos lo escuchan. Del Bosque se negó a recoger insignias y honores de las manos de Florentino Pérez. Del Bosque machacó el frentismo de José Mourinho en la gala de la FIFA de enero de 2013:
"Dejo una pequeña reflexión: todos los que estamos en el fútbol y sentimos fascinación por él queremos ganar, pero estamos obligados a defender el fútbol, cuidarlo y mimarlo, trasladar la mejor ética y conducta personal". 

El entrenador

--> Geremi Njitap: ¿Recuerdan a Geremi? Aquel camerunés valía oro. Era un fenómeno, el jefe del vestuario. En sólo tres temporadas, ganó dos Ligas de Campeones con el Real Madrid. Jugó de lateral, de central, de mediocentro... Y Del Bosque llegó a utilizarlo como extremo derecho en algún partido eliminatorio de aquella última Champions blanca. Ataques de entrenador. Porque Geremi era todo un fenómeno, pero fuera del campo.

--> La Roja: Con la selección, Del Bosque también hace cosas extrañas. Concede a Arbeloa, el menos técnico de todos sus futbolistas, la banda derecha al completo, y lo anima a jugar casi como extremo. Se inventa al Cesc delantero (ya usado puntualmente por Pep Guardiola en el Barça, sí, pero nunca en una final). Retrasa a Cazorla como si fuera Xavi, insiste en Albiol... Pero a Del Bosque le salen las cosas. Por puro sentido común. Dio galones a Busquets porque sabía que era la clave para ganar el Mundial. Y lo ganó. Y no quitó a Xabi Alonso. Del Bosque es un excelente gestor de vestuarios.

El héroe y el pseudomadridista

--> Unos y otros: En España hay más seleccionadores nacionales de fútbol que ministros de Economía. Todos saben de este juego. Todos lo harían mejor que Vicente. También hay demasiados mourinhistas, aunque ésa es una lacra de la que algún día nos libraremos.
Vicente Del Bosque es odiado por el fundamentalismo futbolístico de su propio país, del club al que dedicó más de media vida. Eso lo convierte en héroe absoluto de los sensatos, aunque los sensatos creyeran que jamás admirarían a un marqués. 
--> La firma: Todos rinden pleitesía a Vicente Del Bosque. Nadie que haya hablado alguna vez con él se atreve a cuestionar su rectitud, su honestidad diáfana. Periodistas nacionalistas (nacionalistas españoles, por supuesto) se levantan de sus sillas en las redacciones de los medios siempre que Del Bosque aparece en televisión. Periodistas menos dados a la exaltación patriótica también cuentan maravillas de él. Todos presumen de su buena relación con el hombre tranquilo. Vicente es un fenómeno, afirman unánimes. Se sentirán quizá especiales por haber logrado cierta sintonía con todo un seleccionador campeón del mundo. Tonterías. Vicente siempre te hace sentir su amigo, aunque estés muy lejos de serlo. Quizá ésa sea su mayor virtud: pone de acuerdo en torno a su figura a los de uno y otro bando.
A Vicente Del Bosque no le gustan los bandos. Para él no existen los buenos y los malos.

Escribe para 'El Chut': @sergiomguti (Pinche aquí para ver otros artículos de @sergiomguti)

Sergio M. Gutiérrez es periodista, politólogo y escritor.


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