--> Estimado Gerardo:
Disculpe la confianza, pero me agrada su sonrisa. Me estimula su discurso, en apariencia tan honesto que roza lo extravagante. Me gusta lo que veo cuando lo miro, cuando lo escucho, cuando creo percibir en su mirada una inteligencia emocional y una sensibilidad social muy poco usuales en el mundo del fútbol. Es usted una gratísima noticia para este deporte, para esta Liga, para este Barça. Casi me atrevo a afirmar (y no le hago la pelota, ni le doro la píldora, ¿cuál es la expresión equivalente en Argentina?) que el Tata Martino es el mayor activo institucional del Fútbol Club Barcelona, el tipo más importante del club después de Leo Messi. Le ruego que no lo estropee.
Un artículo de Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).Seguir a @sergiomguti
Gerardo el Tata Martino, en rueda de prensa. Foto: FCBarcelona. |
Olvídese del entorno, maldita sea. No es razonable que el entrenador del Barça adapte su discurso en una rueda de prensa por haber leído un titular errado en Eurosport.Tiene usted dos opciones, estimado Martino: puede aspirar a controlar todo lo que se dice del Barça (y en ese caso se volverá tan loco como Mourinho, perderá tanto pelo como Guardiola) o puede limitarse a corregir las barrabasadas más sangrantes que publiquen los medios. Los periodistas deportivos españoles no somos serios, ya lo ha comprobado. No nos trate de igual a igual, no pretenda razonar con nosotros. No nos ataque, no nos chancee. No malgaste en eso su ironía, no nos lo merecemos.
Y sin embargo, mi admirado Gerardo, los periodistas a veces tenemos razón, siquiera por casualidad o porque miramos los problemas desde el exterior. Por ello le sugiero que nos lea, sí. Hágalo sólo a título informativo, por pura rutina, porque leernos es una de las tareas más sacrificadas de cuantas conforman su trabajo. Léanos, pero no nos combata. Trátenos como Mefistófeles a Fausto: usted es el diablo, nosotros pobres mortales; suyos son los trucos de magia, nuestra únicamente la capacidad de asombrarnos; usted manda, usted dirige la obra, usted nos conduce de un escenario a otro, y poco importan nuestras quejas, nuestras manías y nuestros quebrantos.
No caiga en la zozobra de los -ismos blaugranas. Céntrese en lo que se ha de centrar, en esa plantilla acomodada cuyas jerarquías aún no se ha atrevido a sacudir.¿Que le falta legitimidad para hacerlo, que es usted nuevo, que no posee pasaporte holandés ni entiende una palabra de catalán? Qué quiere que le diga, Gerardo: eso usted ya lo sabía. Lo contrataron para mandar, no para dejarse guiar. Ordene, impóngase, diga aquí estoy yo, soy el jefe, y vamos a hacer lo que mi boquita indique.
Una vez más, Gerardo, tiene usted dos opciones: o toma las riendas de una puñetera vez o se deja llevar hasta que esta historia termine mal. Sea usted valiente. Demuestre fidelidad a quien se la debe: a sí mismo y a nadie más.
Actúe en consecuencia, no tema molestar. Y cuando protesten sus jugadores, cuando le azoten los periodistas, usted sólo sonría con tranquilidad. Sonría, Gerardo. Sonría y conténgase. Aunque le apetezca, no nos mande a freír espárragos. Ni siquiera a cagar, que diría un argentino. No merece la pena, ya le digo.
Escribe para 'El Chut': Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti)
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