"" noviembre 2013 ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

Aquí no dimite ni Dios

Perdonen la blasfemia, pero Dios también habría de dimitir de su cargo divino, si es verdad aquello que Alejandro Blanco afirmó en su condición de muy respetable presidente del Comité Olímpico Español. "Dios va con Madrid", dijo muy ufano. Qué cosas tiene el señor Blanco. Dios, ya se sabe, carga con demasiadas responsabilidades, y uno no puede pretender que se ponga siempre de su lado.

Ganó Wimbledon, perdió la “Batalla de los Sexos”

Este 25 de octubre se han cumplido 18 años del fallecimiento de una de las personas que más ha contribuido al progreso del tenis femenino y también a la igualdad de premios de la que tanto se habla en la actualidad.

Novelismo (I): “El germen de la traición”

Pateaban un balón de fútbol contra una pared, igual que cuando contaban apenas doce años. Se entendían sin palabras y agradecían mutuamente el silencio con el que se comunicaban. Pep Guardiola y Tito Vilanova hacían tiempo antes del entrenamiento de la mañana.

Mi futbolista favorito

Habría que recordar más a menudo la razón que convierte al fútbol en el más universal de los deportes: el fútbol es lo que es porque lo juegan niños de toda condición, y los ricos pocas veces son los mejores.

La decisión

"¿ Todos los días tomamos decisiones. Es inevitable. Prácticamente desde el primer momento, al despertar, cuando escoges poner primero un pie u otro en el suelo. La mayoría son nimias. "

28 noviembre 2013

Carta abierta al Tata Martino

--> Estimado Gerardo

     Disculpe la confianza, pero me agrada su sonrisa. Me estimula su discurso, en apariencia tan honesto que roza lo extravagante. Me gusta lo que veo cuando lo miro, cuando lo escucho, cuando creo percibir en su mirada una inteligencia emocional y una sensibilidad social muy poco usuales en el mundo del fútbol. Es usted una gratísima noticia para este deporte, para esta Liga, para este Barça. Casi me atrevo a afirmar (y no le hago la pelota, ni le doro la píldora, ¿cuál es la expresión equivalente en Argentina?) que el Tata Martino es el mayor activo institucional del Fútbol Club Barcelona, el tipo más importante del club después de
Leo Messi. Le ruego que no lo estropee.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).

Gerardo el Tata Martino, en rueda de prensa. Foto: FCBarcelona.
     Porque corre usted el riesgo de mandarlo todo al mismísimo carajo. Entrenar al Barça no es sencillo, qué le voy a contar. Pero le escribo estas líneas porque lo noto algo perdido, más pendiente del qué dirán que de las dinámicas perversas de su plantilla.
     Olvídese del entorno, maldita sea. No es razonable que el entrenador del Barça adapte su discurso en una rueda de prensa por haber leído un titular errado en Eurosport.
     Tiene usted dos opciones, estimado Martino: puede aspirar a controlar todo lo que se dice del Barça (y en ese caso se volverá tan loco como Mourinho, perderá tanto pelo como Guardiola) o puede limitarse a corregir las barrabasadas más sangrantes que publiquen los medios. Los periodistas deportivos españoles no somos serios, ya lo ha comprobado. No nos trate de igual a igual, no pretenda razonar con nosotros. No nos ataque, no nos chancee. No malgaste en eso su ironía, no nos lo merecemos.

     Y sin embargo, mi admirado Gerardo, los periodistas a veces tenemos razón, siquiera por casualidad o porque miramos los problemas desde el exterior. Por ello le sugiero que nos lea, sí. Hágalo sólo a título informativo, por pura rutina, porque leernos es una de las tareas más sacrificadas de cuantas conforman su trabajo. Léanos, pero no nos combata. Trátenos como Mefistófeles a Fausto: usted es el diablo, nosotros pobres mortales; suyos son los trucos de magia, nuestra únicamente la capacidad de asombrarnos; usted manda, usted dirige la obra, usted nos conduce de un escenario a otro, y poco importan nuestras quejas, nuestras manías y nuestros quebrantos.
     No caiga en la zozobra de los -ismos blaugranas. Céntrese en lo que se ha de centrar, en esa plantilla acomodada cuyas jerarquías aún no se ha atrevido a sacudir. 
     ¿Que le falta legitimidad para hacerlo, que es usted nuevo, que no posee pasaporte holandés ni entiende una palabra de catalán? Qué quiere que le diga, Gerardo: eso usted ya lo sabía. Lo contrataron para mandar, no para dejarse guiar. Ordene, impóngase, diga aquí estoy yo, soy el jefe, y vamos a hacer lo que mi boquita indique.

     Una vez más, Gerardo, tiene usted dos opciones: o toma las riendas de una puñetera vez o se deja llevar hasta que esta historia termine mal. Sea usted valiente. Demuestre fidelidad a quien se la debe: a sí mismo y a nadie más.

      Actúe en consecuencia, no tema molestar. Y cuando protesten sus jugadores, cuando le azoten los periodistas, usted sólo sonría con tranquilidad. Sonría, Gerardo. Sonría y conténgase. Aunque le apetezca, no nos mande a freír espárragos. Ni siquiera a cagar, que diría un argentino. No merece la pena, ya le digo.


Escribe para 'El Chut': Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti)

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22 noviembre 2013

El Balón de Oro y la democracia

--> ¿Sabía usted, querido lector, que los sistemas de elección por el voto eran considerados muy poco democráticos en las antiguas polis griegas? Pensará que estoy equivocado, que no sé lo que digo, pues democracia y Atenas son dos palabras que acostumbran a viajar unidas en el imaginario colectivo. Créame, amigo mío: no le estoy tomando el pelo. Lo cierto es que la elección por sorteo (sí, por sorteo, por azar) siempre fue considerada más equitativa, más cercana a quienes no controlaban los mecanismos del poder. Los griegos, con todos sus defectos, eran hombres muy sabios: se habían dado cuenta de que las elecciones (bien controladas) a menudo proclaman ganador al más poderoso.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).

El Balón de Oro. Foto: FIFA.

     Cuento todo esto, ya se sabe, por aquello de la burda manipulación del sistema de votaciones para conceder el Balón de Oro de 2013. Entiéndame: FIFA no es un organismo democrático ni con especial respeto por la cosa de los derechos humanos. FIFA es una multinacional, y posee el monopolio universal de un producto que se vende fácil y bien entre ricos y pobres por igual.

     Si usted vendiera algo (pipas, melocotones, lámparas o teléfonos móviles), querría vender cuanto más mejor. Y ya me contará cómo se vende el asunto del Balón de Oro: polémicas por aquí, discusiones por allá... ¿Quién merece ganar el premio? ¡Discutan, discutan! ¡Sean ustedes bobos! ¡Peléense! ¡Defiendan a su candidato! ¡Monten grandes campañas mediáticas! ¡Hablen de nuestro producto, que así seremos ricos, mucho más ricos, asquerosamente ricos!

     La democracia es una idea imperfecta, y son pocos los ciudadanos que se han detenido a reflexionar sobre su contenido y su verdadero significado.
     Muchos afirman que el premio del Balón de Oro es objetivo porque se elige por votación. Y ahí no hay tutía, se dice: los electores votan, los votos se recuentan y el ganador sale en la foto con el balón dorado. Mentira cochina.

El Balón de Oro y sus mentiras

1.- Los electores son, por un lado, futbolistas y entrenadores con compromisos personales, con motivaciones corporativistas (tú me votas a mí, yo haré tal cosa por ti), con amigos, con compañeros de profesión y camiseta, individuos con absoluto desconocimiento en muchos casos de lo que ocurre en países como Alemania o España; por otro lado, poseen voz y voto determinados periodistas (con filias y fobias, con amigos y enemigos, sobre todo condicionados por los intereses comerciales del medio que les paga). ¿Por qué no votamos usted y yo, querido lector? ¿Acaso no estamos mejor preparados? ¿Acaso no seríamos más justos, a buen seguro, que los electores actuales?

2.- Los votos son públicos. ¿En qué sistema legítimamente democrático se viola el derecho del secreto de voto? Según el modelo FIFA, todo el mundo conocerá tarde o temprano a quién ha votado cada cual. Y ya se sabe: si no votas a fulanito, que es tu compañero de equipo, o tu capitán, fulanito se enfurruñará contigo. Y para qué vas a generar un problema en el vestuario.

3.- Los candidatos son impuestos. FIFA determina de modo unilateral los candidatos al Balón de Oro. Usted y yo, querido lector, no podríamos votar a Sergio Busquets o al Cholo Simeone, por citar dos ejemplos clamorosos.

4.- Los méritos son difusos. Pese a que FIFA establece unos criterios que habrían de guiar al votante, ¿quién se los ha leído? ¿Quién se cree la pantomima? ¿Qué elector va a votar con arreglo a ese criterio y no al gusto personal? ¿Cuánto pesa, sin ir más lejos, el fracaso colectivo del Real Madrid en los innegables méritos individuales de Cristiano Ronaldo?

     Quizá se haya indignado usted con el esperpento de la ampliación del plazo de votación. ¡Voten, voten!, dice FIFA a sus electores. ¡Voten, que el plazo se ha ampliado, que lo estamos regalando! ¡No importa que ya votaran en el pasado! ¡Romperemos su voto si votan lo que ahora deseamos!

     No le dé más vueltas: no es un procedimiento democrático. Ni se le parece ni tiene la intención de simularlo. Es un negocio. Un enorme negocio multimillonario. Un paripé del que todos participamos.

     Los griegos, que eran muy suyos, habrían introducido el elemento del sorteo. Infinitamente más justo, más democrático, dónde va a parar.


Escribe para 'El Chut': Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).

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19 noviembre 2013

Tan cerca y tan lejos

--> 57 kilómetros pueden ser una distancia corta o pueden ser un ‘mundo’. En este caso es ambas cosas a la vez. Esa es la diferencia terrenal entre Valencia y Villarreal y, a la vez, es una diferencia casi sideral entre el Valencia CF y el Villarreal CF. La única coincidencia de ambos en el presente socio-deportivo pasa por sus siglas: VCF. Es evidente que no soy tan inconsciente como para comparar la entidad de ambos clubes. El Valencia arrastra en la espalda una mochila llena de años de historia en la élite futbolística, de títulos, de grandes victorias mezcladas con grandes fracasos y de más de un millón de aficionados. Esa carga supone un peso que afianza cualquier proyecto, pero que también lastra el caminar cuando la situación es mala.

Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara).

Escudos del Valencia C.F. y el Villarreal C.F.

     Lo de Villarreal es otra historia. Por años de vida que tenga el club, realmente hay que pensar en una especie de refundación y nacimiento a mitad de los años 90, cuando Fernando Roig decidió cambiar baloncesto por fútbol y jugar sus cartas en una pequeña ciudad de poco más de 40.000 habitantes. Son algo más de 15 años donde el descenso de 2012 puede considerarse el único golpe duro sufrido, rodeado de momentos pletóricos como un subcampeonato de Liga y la disputa de dos semifinales europeas.

     Son dos resúmenes livianos, pero creo que válidos como punto de partida para entender la distancia invertida que ahora hay en la clasificación de la Liga y, seguramente lo que es más importante, la diferencia en cuanto a saneamiento empresarial de las dos sociedades.

     Mientras Roig supo interpretar el giro que estaba produciéndose en el fútbol, originado por la crisis económica que, por ejemplo, tanto ha afectado a la región azulejera donde se encuentra Villarreal, en el Valencia, personificado en la triste figura de Juan Soler y con la connivencia política se metieron en el ojo del huracán.

     Uno recortó gastos fastuosos y apostó por invertir en casa, con una modélica ciudad deportiva y una inteligente estructura de cantera. El otro invirtió lo que tenía en jugadores de excelente pasado y dudoso porvenir, para acabar gastándose lo que no tenía en un proyecto de estadio inacabado… que a punto ha estado de acabar con el club.

     Cierto es que al Villarreal el cambio y la nueva apuesta le costó el descenso. Pero qué es un año cuando lo importante es cimentar el futuro de décadas por delante. Ahora, sólo un año después y con esa base, el primer equipo galopa en la Liga cerca del regreso a Europa con muchos jugadores de cantera… y los que vienen por detrás. Por cierto, más de uno ex residente de la ciudad deportiva de Paterna, donde no quiso continuar o donde no le quisieron tener, lo cual es más grave.

     El Valencia intenta ahora alcanzar ese modelo, claro que juega con dos hándicaps muy adversos. Su situación económica es indefiniblemente mala y la presión que ejerce su afición por conseguir resultados, le hace aumentar el peso de esa mochila, ya de por sí muy pesada históricamente.

     Lo que no acabo de entender es por qué Amadeo Salvo y Aurelio Martínez, en la escenificación de su llegada al Valencia, decidieron acrecentar el peso de la presión poniendo como ejemplo a seguir al Borussia de Dortmund. Cierto es que los alemanes son subcampeones de Europa y recientes bicampeones de la Bundesliga, por tanto ponerlos en el escaparate del aficionado valencianista era muy goloso. Pero les faltó decir que llegar ahí le costó 8 años de crisis existencia al Dortmund… No hubiera sido más lógico poner como ejemplo el modelo de gestión del Villarreal?  


Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)

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15 noviembre 2013

Messi-bíceps femoral: un matrimonio complicado

--> Bajo rendimiento, tristeza, decaimiento, indisciplina… Mucho se ha estado hablando estos días (y lo que aún nos queda por escuchar) sobre las posibles causas que expliquen el porqué de tantas lesiones musculares de Leo Messi. Hasta hace bien poco se tildaban estas lesiones simplemente de roturas musculares en la parte posterior del muslo (sin profundizar en más tecnicismos), y ahora los sectores más radicales del periodismo deportivo analizan, cuales expertos en anatomía y medicina del deporte, el comportamiento del ya famoso bíceps femoral del argentino, como si sólo él fuera poseedor de tal músculo. Fanatismos aparte, vamos a explicar un poco de manera objetiva todo lo relativo a esta lesión.

Un artículo de Enrique Delgado Seseña (@relatosydeporte).


     El bíceps femoral es, junto con el semimembranoso y el semitendinoso, uno de los músculos que constituyen los isquiotibiales, situados en la parte posterior del muslo. Dentro de los tres, es el que más hacia externo está localizado, y esta es precisamente la razón por la que es el isquiotibial que más roturas sufre. Me explico:
     Los futbolistas, debido al calzado y a la posición de los tacos, presentan un varo de rodillas pronunciado, o lo que es lo mismo, un arqueamiento de piernas. 
     Al estar las piernas arqueadas, el bíceps femoral se encuentra más estirado de lo normal, con lo que es más propenso a una elongación y, en casos más extremos, a una rotura del vientre muscular. El mecanismo más común de rotura del bíceps femoral es a raíz de un movimiento explosivo: una arrancada o una desaceleración brusca, propia de futbolistas con un tren inferior muy potente, como es el caso de Messi.

     ¿Causas? Pues muchas, y más de las que pensamos. Lo primero de todo es que el cuerpo humano es una máquina que hay que cuidar, más si cabe si eres un deportista de élite. Hace poco escuché que Guardiola controlaba toda la alimentación del argentino, y no se ha lesionado en esos cuatro años. Y no está mal tirada la reflexión, ya que una correcta alimentación en cuanto a orden, tipo y cantidad de comida hace que el músculo esté sano, y por lo tanto disminuya el riesgo de lesión. Tampoco ha ayudado la pretemporada del astro blaugrana, con muchos viajes y con poca preparación física. Son muchas las cargas a las que está sometido un futbolista de élite, y si no existe una buena base para la temporada, las lesiones aparecerán de un momento a otro. El estado anímico también influye, así como un correcto descanso. Parece que los problemas personales a los que se ha visto sometido la familia Messi no han ayudado tampoco mucho.

     Espero que este artículo os haya servido para conocer algo más (si ya no se había dicho todo) acerca de cómo se comporta el famoso bíceps femoral en los deportistas de élite. Y no duden que Leo Messi volverá a ser el que era, con lo que tendremos espectáculo asegurado.


Escribe para 'El Chut': Enrique Delgado Seseña (@relatosydeporte)

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13 noviembre 2013

Mi idea, tu idea, sus ideas, nuestras ideas

--> Cuenta la leyenda que el magnífico Milán de Arrigo Sacchi se desvaneció el día que el entrenador italiano se acercó a Marco Van Basten mientras éste tomaba el desayuno. Sacchi se acercó para comentarle algunas cuestiones tácticas a las que Van Basten contestó un escueto "ahora no, estoy desayunando". Baste este ejemplo para entender lo complejas que son las relaciones entre las distintas partes que confieren una plantilla.

Un artículo de Ricardo Zazo (@RichiZazo).

Ancelotti, Rijkaard, van Basten y Gullit. Foto: AC Milan.

     Porque el Entrenador tiene una Idea de Juego. Normalmente intenta ajustarla a su plantilla con mayor o menor acierto, pero siempre con intención: Que en el campo de juego se vea lo que él quiere. Que nada salga según lo previsto.

     Pero el jugador también tiene su Idea, la que él entiende para sí y para el equipo. Pero no sólo él, cada uno de los jugadores tienen su propia Idea, muchas veces opuestas a la de sus propios compañeros o incluso a la del entrenador. Como vemos, ensamblar todas estas piezas no es una tarea fácil ni rápida.
     Incluso puede que el club tenga su propia Idea de lo que quiere para su equipo. Es más, a veces, todo el club juega del mismo modo desde sus categorías inferiores. La complejidad es creciente según se suben los peldaños.
     Ajustar las ideas de todos requiere de todos para que la puesta a punto sea satisfactoria. Muchas veces entrenadores que no encajan con la filosofía de tal o cual club (si es que la tienen) son fichados porque tuvieron éxito en otros lugares completamente distintos. Y entrenadores idóneos no tuvieron tiempo ni respaldo suficiente para llevar a cabo su Idea.
     Es éste un mundo complicado, de entrenadores, jugadores e Ideas. Algo voluble e inflamable a cada acción, que requiere de un conocimiento profundo del  juego y sus relaciones, de interactuar con los compañeros, de entender lo que se pide.
     Pero cuando llega a buen puerto, eso es maravilloso. Hay comunión entre la grada y el equipo, entre los jugadores. Incluso los entrenadores son aplaudidos. Ese trabajo de precisión de cirujano provoca alegrías inmensas cuando todas las partes ponen de su lado para que la obra eche a rodar.

     Quizá Van Basten nunca entendió a qué jugaba su Milán. Quizá Sacchi nunca entendió a Van Basten y saliera de esa conversación rascándose la cabeza pensando en si estaba todo en orden. Quizá, solo quizá, esos años maravillosos en Maranello son producto de talento y disciplina férrea, nunca de entendimiento. O puede que fuera todo lo contrario, según a quien preguntemos.

     Savater suele decir: "Piense lo que quiera, pero piense". No se me ocurre mejor idea.


Escribe para 'El Chut': @sergiomguti



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08 noviembre 2013

Cuestión de estilo

--> Todavía hay gente a la que le importa el cómo. Así como en cualquier otro arte hay artistas que simplemente desean ganar, hay un pequeño grupo de ellos que también se fijan en cómo ganar, desde autores que “pasan” de las modas y hacen lo que creen que deben, hasta cantantes que siguen haciendo buena música, aunque las portadas se las lleven otras artistas más excéntricas.

Un artículo de Diego García (@diegoelchut.).

Paco Jémez atraviesa momentos difíciles con el Rayo Vallecano.

     En el fútbol están los conocidos como “resultadistas” que primero ganan y luego miran cómo, y otra clase todavía no muy bien definida que se centra en cómo jugar para ganar.

     “Qué aburrido sería si todo fuera basarse en un resultado” Si no fueron éstas las declaraciones de Paco Jémez, fueron demasiado parecidas. Dio a entender que en el fútbol hay algo más importante que el marcador, y es el estilo, la forma de jugar. Dio a entender que jugando como él cree que hay que jugar acabarán ganando. Y que por lo tanto jamás dejarán de jugar así. ¿Cómo juegan? Con presión, intensidad, ritmo, velocidad, y sobre todo, con el balón en el pie. El bueno de Paco sufre cuando el rival tiene la pelota, la añora y por eso manda a sus “sabuesos” a recuperarla. Una vez en su poder, se sienten fuertes. Y aquí está el quiz de la cuestión. Barça y Madrid se sienten fuertes porque tienen a Messi y a Cristiano Ronaldo (además de una legión de grandes jugadores). Jémez, al igual que Bielsa, Guardiola y otros tantos entrenadores necesitan tenerla para sobrevivir.
     Sin ella sienten que el partido pende de un hilo tan, tan frágil, que más vale arriesgar un pase en una zona complicada, que despreciarla con un balón a nadie.
     Decía Juanma Lillo que “El dinero no puede ser el limitador de los sueños”. Recogió el testigo Paco en su Rayo, que luchando contra viento y marea consiguió la mejor clasificación en Liga de su historia. Hizo lo propio Bielsa en Bilbao, con un primer año impresionante dejando su sello en el mítico “Estadio de los sueños” de Old Trafford. Pero quizás el estilo que proponen estos entrenadores sea fácil  de contraatacar. El argentino era tan exigente que su propio vestuario no aguantó la intensidad y acabó resquebrajándose (además de los líos institucionales) y Jémez posee una idea brillante, pero que a veces cojea por el nivel de sus jugadores.

     Y por esto hay que alabarlos todavía más. Porque ellos, los entrenadores “anónimos” de la Liga son los que a veces más gusto da ver. Porque juegan, proponen y se divierten compitiendo. Son anárquicos, van contra las normas y las teorías… Y por qué no decirlo, tan malo no será cuando Marcelino en el Villarreal, Luis Enrique en el Celta y Mel en el Betis siguieron su estela. Cada uno con sus matices, cada uno con sus diferencias, pero la idea, el concepto es el mismo…
     El balón te hace dueño del partido. Te permite focalizar en qué momentos quieres tenerla en una parcela del campo o en otra.
P.D: No hay un solo estilo de juego.  Ni una sola forma de entender este deporte. Cada uno que defienda la suya, y este es mi punto de vista de por qué hay que defender esta. 

Escribe para 'El Chut': Diego García (@diegoelchut)

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04 noviembre 2013

Quién juega bien y quién juega mal en el Barça

--> Vamos a acabar con un buen puñado de confusiones: ni Neymar es el mejor futbolista blaugrana en el primer tramo de la temporada ni Messi se encuentra en un estado físico tan deplorable como aparenta; ni Xavi ha acabado ni a Iniesta se le agotó la magia; Alexis sólo posee un poquito más de confianza, pero su fútbol apenas ha evolucionado; Busquets continúa en plan pulpo, en plan Busquets, falle o no falle pases de vez en cuando; Cesc está para lo que está, y deja de estar cuando el partido lo incomoda; Dani Alves crea tanto desequilibrio delante como caos detrás... ¿Y Piqué? ¿Y Mascherano? ¿Están bien o están mal? Quizá sólo las paradas de Víctor Valdés generen un consenso cierto.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).

Los jugadores del Barça celebran uno de sus goles en la primera jornada de la Liga 2013-14. Foto: Tab59.





La clave es el estilo

     Cómo es posible que nadie lo diga: el Barça del Tata juega distinto. Los futbolistas que antes  desempeñaban determinadas tareas resultan inservibles para otras; piezas que en su día no encajaban encuentran acomodo en el nuevo modelo.

     Es el estilo, idiota. Es la manera de jugar. Es el rol de cada jugador de fútbol.

- Mascherano, que es un magnífico central reactivo para este Barça, jamás podría actuar en ese puesto en el segundo Chelsea de Mourinho.

- Piqué, que es un formidable central posicional, sufre cuando se enfrenta a espacios abiertos, cuando debe correr hacia atrás. Piqué depende de la velocidad y la atención de sus compañeros de zaga.

- Xavi ya no manda. ¿Por qué no manda Xavi? ¿Está mal, está acabado? Ni mucho menos. El estado físico de Xavi Hernández es óptimo. Pero sí, es cierto: Xavi ya no domina los partidos, salvo excepciones. ¿Qué ocurre, entonces?
Ocurre que, en el Barça, el que parece en baja forma casi nunca es el verdadero culpable de su mal juego. Ocurre que los futbolistas del Barça pocas veces fallan un pase por error propio, que casi siempre lo yerran por error del compañero (que no se ofrece). Ocurre que Xavi no domina los partidos porque no sabe qué hacer con la pelota, porque sus compañeros no le dicen "estoy aquí, dámela para que te la devuelva en mejores condiciones". Ocurre que el equipo ya no ataca a sus órdenes. Ocurre que el Barça ha extraviado el juego posicional.
- Afirman que Iniesta ha perdido la varita mágica. Pero Andrés agarra la pelota en el Clásico y produce los desequilibrios justos. Conduce como siempre, desborda a Sergio Ramos, genera el gol de Neymar y mete tres o cuatro pelotas formidables (casi siempre en largo, así es el nuevo Barça) a sus compañeros. Dudar de Iniesta es blasfemia. Andrés sólo se está adaptando.

- Que Cesc es el mejor centrocampista del equipo, dicen. Cesc aparece cuando las condiciones le son favorables. Y entonces sí, entonces Cesc desequilibra y se antoja clave en la tarea de ganar la Liga. Igual que en el Barça de Tito, Fàbregas desatasca los partidos más atorados contra rivales rascadores. Pero otros días se inhibe, no encuentra espacios, se mueve incómodo y provoca desajustes en el centro del campo con su tendencia a romper esquemas ajenos y propios. Cesc te puede ganar una Liga, difícilmente te ganará una Champions.

- El aficionado que disfruta con las incorporaciones de Dani Alves pocas veces repara en sus lagunas defensivas.
   
- Desde la grada del Camp Nou uno ve sufrir a Busquets, y piensa que está más lento que de costumbre, que quizá padezca aún en silencio aquella maldita pubalgia, que ha errado tres pases y que no es normal todo eso en Sergio. Miren a su alrededor: ¿dónde están los interiores, dónde los laterales, cuánto espacio ha de cubrir el pivote del Barça?
Busquets nunca es responsable de sus malas actuaciones. Busquets es el mejor futbolista de campo del Barça en lo que va de temporada.
- ¿Y Neymar? ¿Acaso no vemos sus diagonales magníficas, el mando asumido, el caudal de fútbol que produce? Neymar es un fantástico jugador, pero no es Messi. No podrá resolver en el uno contra uno frente al Dortmund, frente al Chelsea, frente al Bayern, frente al City. No podrá.
Casi parece que el Barça se esté adaptando a Neymar en lugar de adaptarse Neymar al Barça.
- No piensen que Messi se está reservando. A Messi pocas cosas le gustan más que marcar goles con el Barça. Ocurre, sin más, que ha perdido protagonismo, que no encuentra su espacio, que lo busca sin éxito en la banda. Ocurre que, hasta este año, Messi era el único que poseía licencia para regatear, para perder la pelota. Ocurre que ahora el Barça la pierde a menudo entre las individualidades de Júnior y los pases en largo de los medios.

- Alexis es el mismo, el sistema lo hace mejor.

- Pedro es el mismo. Nadie ha cambiado y todos lo han hecho.

     Porque el Barça está mutando. Antes, equipo coral; ahora, conjunto de individualidades.

     Dicha transformación no es en sí misma ni buena ni mala. Sólo cabe preguntarse si es producto o no de la voluntad del Tata.



Escribe para 'El Chut': @sergiomguti

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