Gerardo Daniel Martino
nació un 20 de noviembre de 1962 en Rosario, ciudad natal de otros
ilustres personajes como Messi o “El loco” Bielsa. Ingresó en
las categorías inferiores de Newell’s, donde jugó hasta 1991,
año en el que decidió probar suerte en Europa y aterrizó en el
Tenerife de Fernando Redondo. Aguantó media temporada antes de
desandar lo andado y volver a jugar para “los leprosos”. Actuó en algunos equipos más, pero sin duda es Newell’s el club de su
corazón, por el que lo daría todo. Por el que lo dio todo.
Como si de un cuento se
tratara, el “Tata” se fue de su amado Newell’s a probar
fortuna. Le salió mal, y retornó a Rosario para hacer a “su”
equipo campeón.
Futbolísticamente
hablando, el Tata se amolda a lo que tenga. Partiendo del 4-3-3 que se
supone mantendrá en el Barça, se puede ir analizando posición por posición qué
planteará el nuevo técnico.
El Barça del Tata, puesto a puesto
Portería: para Martino,
el portero debe actuar como un jugador de campo, estar conectado al
juego y no limitarse a parar los disparos y luego esperar a que
vuelvan a atacarle. Tiene que estar siempre bien posicionado y listo
para ofrecer una salida a sus compañeros. En ataque posicional, el
guardameta actuará como un líbero, siempre atento a una posible
pérdida que provoque un pase largo a la espalda de los centrales.
Centrales: le gustan los
defensores valientes, atrevidos, que no esperen, que provoquen el
error del rival. Su misión es alejar todo lo posible al delantero del área propia, por eso tiende a subir su línea hasta el mismísimo
medio campo. Asume el riesgo de que un contraataque sea demoledor, ya
que la distancia entre la defensa y la portería es enorme, y esto no
permita cortar la jugada. Por eso confía tanto en el
portero. Los centrales también deben poseer buen manejo de balón, ya que su misión
consiste en hacer llegar el esférico en la mejor de las
condiciones a los centrocampistas.
Laterales: tienden a
tener un largo recorrido. En salida de balón se sitúan a la altura
de los centrocampistas, dejando un hueco que presumiblemente
utilizarán los centrales para iniciar la jugada. La misión
principal de los laterales es la de recibir el balón lo más arriba
posible, estirar el campo y ampliarlo todo lo que puedan. Una vez
reciben la pelota, han de cederla en el menor tiempo posible a los
interiores, que se acercarán al apoyo.
Mediocentro:
defensivamente hablando, será el pilar sobre el que se sitúen sus
compañeros. Siempre ofrecerá un punto de referencia, y pocas veces perderá su sitio. En ataque, se incrustará entre los centrales para
iniciar la famosa salida “lavolpiana”.
Interiores: éstos varían
siempre dependiendo de su equipo. En el Barcelona se supone que el
balón pasará por ellos el mayor tiempo posible, algo más asemejado
a su Newell’s que a su Paraguay. Los interiores tienen la función
de trasladar el balón de la defensa a la delantera, y hacerlo de
forma que facilite la jugada de su próximo compañero.
Extremos: aunque
previamente dijo que prefería a Messi de extremo, sería extraño
ver al “10” regresando a la banda. Si así fuera, el
extremo derecho sería el carril ocupado por el argentino, dejando la
banda izquierda a Neymar y el delantero centro o falso nueve a Cesc,
Alexis o Pedro. Si Messi actúa como enganche, las bandas se
repartirán entre los jugadores antes nombrados.
Delantero: se rumorea que Martino pedirá un “9” al uso que cumpliría una doble función: un "plan B" en determinados
partidos y un "plan A" para situar a Leo en la banda derecha. Con todo, su filosofía y su fútbol en Newell's parecen rechazar esta hipótesis. El Tata prefiere los llegadores a los rematadores estáticos.
El Tata y sus influencias como técnico
Seducido por las ideas
futbolísticas del
“Indio” Solari, entrenador que lo llevó al
Tenerife y tío del exjugador madridista
Santiago Solari, marcado también por Marcelo Bielsa, con el que comparte amor a
Newell’s y odio al
expresidente “leproso”
Eduardo López, su gusto por la presión
es conocido.
Se diferencia de
Bielsa en que su presión no
es hombre a hombre, sino zonal. El mejor ejemplo fue el partido
contra
España en el Mundial, en el cual a la selección española le
costó horrores superar al combinado paraguayo, aun siendo
infinitamente superior en el aspecto técnico.
Es ahí donde vemos otro punto interesante del Tata: “No todos tienen
técnica, pero todos pueden correr. Y quien puede correr, puede
presionar”.
Ante la falta de calidad de sus jugadores, era
consciente de que necesitaba nivelar la balanza por otros medios, y
lo consiguió. ¿Qué sería de aquel Mundial si llega a meter
Cardozo el penalti? No menos interesante es saber cómo planteará
esto en el club blaugrana. Ni su idolatrado
Messi, ni
Xavi o
Iniesta
son jugadores que presionen con ganas y con gusto (cosa que sí hacen
Pedro o
Alexis, por ejemplo). Por lo tanto, ¿Les exigirá que
presionen como si de
Medel o
Gatusso se trataran?
Entrenador correcto,
educado y sencillo, se declaró fan del juego del Barcelona y llegó a afirmar que la prensa quería destruir los cinco años brillantes que ese equipo le había dado al mundo: “Parecían equivalentes cinco años a cuatro partidos”. Sin duda, el balón será el protagonista.
Así pues, tras haber
aceptado el reto le toca mamarse de toda la filosofía culé. ¿Será
capaz Martino de adaptarse, una vez más, a una plantilla? La parte
negativa es que presumiblemente deberá cambiar algunos aspectos de
su manual. ¿La positiva? Que tendrá la mejor plantilla que jamás
haya disfrutado y, por qué no, quizás la (todavía) mejor plantilla del
mundo.
La tarea es complicada.
El reto, mayúsculo. La apuesta, arriesgada. Pero el Tata Martino lo
conseguirá. Que nadie lo dude: lo conseguirá.
Como diría Pep:
Abróchense los cinturones, lo pasaremos bien.
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