--> Detesto la palabra envidia, porque la pienso propia sólo de envidiosos. Los que no envidiamos, o procuramos envidiar si acaso con salud, tendemos a esquivar la tentación de creer que nos envidian. Y es que uno ha de tenerse en muy alta estima para sentirse envidiado: me envidian porque soy más guapo, más alto, más fuerte, más rico, mejor futbolista; nos envidian porque quieren imitarnos, y no pueden. Nos envidian porque somos el Real Madrid, el mejor equipo del mundo, y no soportan vernos ahí arriba. Nos tienen pelusa porque no pueden ser tan buenos, ni tan guapos, ni tan ricos, ni llevar siempre la razón como acostumbramos a llevarla los que vestimos de blanco inmaculado. Somos más dignos, sin duda. Y por eso van contra nosotros.
Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.Seguir a @sergiomguti
Centro de Cristiano Ronaldo. Foto: Jan S0L0. |
Nos tienen envidia, los que son peores que nosotros nos tienen envidia.
Vale, sí, nos han ganado, pero ha sido culpa de los árbitros. Y los árbitros, que sólo son malos cuando no ganamos, nos tienen envidia porque vamos a arrasar en la Liga, y conspiran por la igualdad de la competición (pero no lo hacían cuando nuestro equipo iba seis puntos retrasado); los árbitros son unos acomplejados cagados de miedo, incapaces de sobrellevar la presión como nosotros, aunque nosotros hayamos hecho un partido penoso.
Les tienen envidia, están convencidos. A Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo les tienen envidia todos los que no desean que ganen, árbitros incluidos, Federación incluida, FIFA y UEFA incluidas, Unicef y Naciones Unidas por supuesto también incluidas.Son las reminiscencias de la época de Mourinho, los rescoldos de un fuego no del todo apagado aunque por fortuna agonizante. Es el abecé del líder bélico que precisa manipular la mente cuadriculada de los que sacrificarán su vida por una causa: el enemigo son todos menos los que visten como tú, así que reparte mandobles a discreción.
El ridículo resulta espantoso, pero allá cada cual con su forma favorita de hacer el espantajo en público. Más preocupante es que en el bar, en la oficina, en la calle, hoy todos hablan del árbitro. Nos han robado, dicen. Esos cabrones nos han robado como siempre.
Y así, amigos, se jode la educación de los pequeños. Maldito ejemplo el de algunos deportistas de mierda.
Escribe para 'El Chut': Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti)
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