"" Virtudes (muchas) y defectos (algunos) de Bartra ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

25 septiembre 2013

Virtudes (muchas) y defectos (algunos) de Bartra

--> Está ante su oportunidad final, aunque lo cierto es que no ha disfrutado de muchas. Es joven y talentoso. Posee un rostro atractivo encajado con gracia en un cuerpo fibroso. Pero él no es centrocampista, no se ganará la vida pateando con arte la pelota. Su oficio es el de defensa central, y para ello más le hubiera valido nacer fuerte y feo. Marc Bartra afronta su último año de contrato en el Fútbol Club Barcelona con el beneplácito público y las dudas privadas de directivos, técnicos, compañeros y aficionados. Casi todos dicen creer en él, pocos lo demuestran.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.

Marc Bartra, en el transcurso de un partido con el F.C. Barcelona.
     Quizá sea pronto para el juicio final, el que habrá de decidir si Marc Bartra tiene pasta de futbolista de talla mundial o si ha de quedarse en otro elegante central de los que atacan mejor que defienden. El chico cuenta apenas 22 años, y muchos de sus compañeros de la generación del '91 (Thiago Alcántara, Martín Montoya, Cristian Tello) tampoco han terminado de explotar. Su demarcación resulta particularmente delicada, además. Y sin embargo da la sensación de que Bartra debe aprovechar estos partidos como quien corre para subirse en marcha al último tren con destino al futuro. Es ahora o nunca, Marc. Has de demostrar lo que vales.

Las cualidades de Bartra

     Porque realmente Marc Bartra vale mucho más de lo que algunos piensan. Hablamos de un defensa central con excelente desplazamiento de pelota, seguro en el juego aéreo, inteligente en términos posicionales, rápido al corte, de zancada amplia y explosiva, reactivo cuando la situación lo precisa y agresivo en la marca y en la anticipación sin necesidad de dar una mala patada. Hace gala también de un cáracter indómito: ni se corta a la hora de jugar al pie ni entiende de jerarquías si la intuición le dicta una alocada subida a posiciones de ataque. Así ha resuelto incluso algún partido para el Fútbol Club Barcelona (como el del Celtic en el Camp Nou, en la Liga de Campeones de la temporada 2012-13), aunque ya casi  nadie se acuerda.
     Bartra encaja sin traumas en los dos perfiles habituales de la defensa blaugrana: es tan parecido a Piqué (central posicional que saca la pelota y sostiene al grupo a balón parado) como a Javier Mascherano (central intenso que corrige al corte, adelanta la línea y gana por anticipación). Formaría una buena pareja, por tanto, con cualquiera de sus compañeros potenciales de zaga: Piqué, Mascherano, Puyol, Adriano, Busquets o Song
     Ha quemado con éxito todas las etapas de formación, ha aguardado su oportunidad sin una sola protesta, ha soportado etapas de postración (la más evidente, el miedo de Tito Vilanova a encomendarle responsabilidades precoces), se ha comido marrones históricos sin desentonar más de la cuenta (esas semifinales de Champions contra el Bayern, sin rodaje propio, sin opción de triunfar contra un rival humillantemente superior) y ha rendido a un altísimo nivel con la selección española sub'21. Marc Bartra está preparado, y si no lo está debería estarlo.

Algún que otro defecto

     Porque hay quien dice que no soporta bien la presión, que tiende al error en situaciones de estrés y que ni siquiera está todo lo centrado en el fútbol que debería estar. Son defectos todos ellos subsanables, en cualquier caso, con una veintena de partidos consecutivos, con la acumulación de experiencia y la consecuente carga de responsabilidad.

     También es verdad que quizá pese menos de lo necesario, que mejoraría sobremanera en el cuerpo a cuerpo con la ganancia de un puñado de kilos de masa muscular, que sus procesos de toma de decisiones sobre el campo son a menudo discutibles y que esa mirada tan suya, mirada extraviada de niño bueno, no termina de ayudar. Tampoco le favorecen, por supuesto, las jerarquías del Tata, las que antes impuso Tito y las que el chico ni siquiera aspiró a voltear cuando aún mandaba Guardiola.

     En el Barça cuentan que Marc Bartra es el central. Todos lo dicen con la boquita pequeña, como si nadie se lo terminara de creer. 

     Denle 15 partidos. Asumirán un riesgo notable, pero pueden ganar diez años de tranquilidad.



Escribe para 'El Chut': @sergiomguti

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