"" Cesc Fàbregas después de tres años ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

02 abril 2014

Cesc Fàbregas después de tres años

--> Es el hijo marchado a otro club y regresado por aclamación popular, pero nunca fue un hijo pródigo más que en minutos. Cesc los derrocha sin aparente agradecimiento, como el ricachón que fuma billetes de 500 euros porque son suyos y punto, como si su nombre estuviera asociado al Barça para la eternidad y no cupiera otra posibilidad. No existe un derecho natural que diga que Cesc tiene que jugar. Sus defensores callan estos días porque apenas encuentran argumentos, los detractores ladran porque se sienten cargados de razón: los últimos meses de competición de Fàbregas son una sombra de los anteriores y una rémora para este Barça que aspira a ser campeón. Porque el Barça aún aspira a ganarlo todo, en parte gracias a Cesc Fàbregas.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.

Cesc Fàbregas, en su presentación como jugador del Barça. Foto: Xavier Rondón.


     Cesc regresó al Barça en 2011 porque así debía ser. Las grandes familias no soportan que uno de sus miembros emigre para destacar en otro lugar. Miran con recelo los progresos del marchado, con sincero cariño pero también con reproche: podrías haberte quedado, nosotros te queríamos, pese a todo nosotros aún te queremos, eres uno de los nuestros.

     Así que Cesc regresó. Desembarcó en un equipo pletórico que evolucionó tácticamente en parte por su presencia. Guardiola desarrolló el 3-4-3 y encajó de ese modo impensable a Fàbregas sin degradar a Xavi ni a Iniesta, sin cortar la progresión de Thiago Alcántara. Las rotaciones y la utilización puntual del nuevo sistema disimularon durante meses la incorrecta adaptación del fichaje estrella: Cesc no corría como se le pedía, no atendía al juego posicional, detestaba la presión en banda, desordenaba el centro del campo para bien... pero también para mal.
     Las suplencias de Fàbregas según qué días contribuyeron a degradar el ambiente ya corrompido del vestuario azulgrana. Guardiola abandonó el barco para no ajusticiar a media tripulación. Tomó el timón Tito Vilanova y el papel de Cesc cambió.
     Tito abrió el campo con dos extremos y generó espacios en la zona central para aprovechamiento exclusivo de Cesc, en asociación fraternal con Messi. Así ganó media Liga 2012-2013, tras una primera vuelta asombrosa. Fàbregas era su hombre, el genio del caos controlado, el guionista enloquecido, el artista inspirado en el patio de su casa. El cuatro culé destrozaba defensas obligadas a abrirse en persecución de los extremos del Barça. Le sobraba clase para derrotar él solo a 15 ó 16 equipos de la Liga. ¿Pero qué pasaba con los grandes? Los grandes se organizaban mejor, y ahí Cesc no aparecía. Desordenaba el centro del campo, sí, pero sólo para mal.
     "Es un jugador anárquico", claudicó Vilanova. Tito intentaba elogiarlo, pero dio en el clavo, ratificó su condena.
     Con Martino la historia se está repitiendo: excelente Cesc hasta Navidad, favorecido por las condiciones colectivas, Bakunin ordenando a su gusto la comuna mientras los recursos sobran; mediocre después, insulso, desaparecido cuando los recursos escasean, cuando el partido exige atención y orden, cuando el talento innato no basta porque el enemigo es demasiado fuerte para superarlo como en el patio del colegio.

     El Tata siempre admiró a Cesc. Antes de trabajar en el Barça, Martino lo elogiaba hasta el punto de equipararlo con Xavi e Iniesta. Lo hacía tan partícipe del "estilo Barça" como al que más. Ya en el banquillo culé, ha llegado a modificar el sistema para encajar a Fàbregas en la mediapunta de un 4-2-3-1, liberado de grandes responsabilidades defensivas y pululando por el campo a su aire, en busca de la asociación con Messi que nunca llega.

     Han pasado casi tres años desde que Cesc regresó al Barça. En ese tiempo, ha brillado contra rivales menores, ha abierto infinidad de partidos de Liga otrora cerrados y ha contribuido de manera decisiva a la perpetuación de la hegemonía culé.

     Pero es que han pasado casi tres años desde que Cesc regresó al Barça. Y en ese tiempo (más que suficiente) Cesc no ha demostrado capacidad para dirigir al equipo como Xavi, tampoco el nivel de Iniesta, ni el sacrificio de Pedro o Alexis (ni siquiera una pequeña parte de él), ni por supuesto la magia de Messi.

     Han pasado casi tres años desde que Cesc regresó al Barça, y aún no se ha ganado el puesto en partidos importantes.


Escribe para 'El Chut': Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti)

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6 comentarios:

  1. Me parece un gran artículo. Estoy totalmente de acuerdo. Cesc es un jugador demasiado anárquico y desaparece durante muchos minutos de los partidos.

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  2. Como siempre, muy bueno Sergio y llevas toda la razón.
    No se por qué, pero Cesc siempre tiene un rendimiento menor en las vueltas que a principios de temporada. Espero que algún día cierre bocas, pero tiene que ponerse a un buen nivel y mostrar confianza al entrenador. Alexis lo hizo, de algún modo, y para mí sería titular, pero el Tata se empaña en sentarle junto a Pedro y poner a Neymar en la derecha.
    Después de esta alineación, Neymar se tira a a la izquierda, Iniesta al centro junto a Xavi, Cesc comparte la posición con Messi y en el extremo derecho no queda nadie en jugadas rápidas, y Alves sube.
    Esa es mi opinión. (:

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  3. De acuerdo, Cesc se ve lento para defender y lento para atacar, flojo para mantener el Balon, no se le ve sacrificio alguno. Excelente articulo.

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  4. Gracias. No hay que olvidar, en cualquier caso, que Cesc es un gran futbolista. :-)

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