--> Muchas personas que viven a diario el entorno futbolístico aseguran que a los entrenadores se les conoce en los malos momentos, sobre todo a través del talante que muestran en sus comparecencias públicas, las ruedas de Prensa fundamentalmente. Puede que sea así, pero no creo que haya que esperar a las derrotas para vislumbrar la personalidad de un técnico.
Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara) para El Chut.Seguir a @jseguraclara
Nuno Espirito Santo, técnico del Valencia CF. |
Nuno Espírito Santo entró en el Valencia como un guante. Aunque aterrizó con escaso currículum y sólo bajo el paraguas del (ya) dueño Peter Lim, su trabajo y los resultados le colocaron en una posición preferente del escaparate. Su equipo jugaba bien y ganaba. Divertía y se divertía. El portugués pareció entender desde un momento lo que necesitaba futbolísticamente la institución y, aún más, lo que echaba en falta en el discurso de un entrenador desde la atalaya mediática. "Apoyo... unión... fuerza... que nos reciban... que nos esperen... les necesitamos...", gestos de celebración en pleno césped de cada partido en Mestalla y capacidad de respuesta como bloque ante cualquier rival, incluso frente al reciente campeón de Liga.
Los aficionados y los medios vivían subidos al barco y enrolados en su tripulación desde la primera jornada, yo mismo lo hice en un artículo aquí publicado el pasado 27 de septiembre. Seguramente la mayoría le sigue respaldando. Es justo. Pese a perder con el Barcelona, la imagen ofrecida fue más que buena y sólo en el último suspiro se le escapó un merecido empate. Capaz de mantener el tipo con los grandes, su conjunto se ha dejado el liderato en la carrera por la Champions con derrotas injustificables como la de Riazor o empates pírricos como el último en Granada.
El Valencia de Nuno hace honor a sus colores más que nunca. Blanco casi inmaculado en casa, donde suma 16 puntos y sólo ha cedido una derrota y un empate. Negro zaino como visitante con sólo dos victorias y un total de 9 puntos, lo que le convierten en el peor equipo de los siete primeros clasificados en la Liga. Además, aunque consiguió voltear el partido de ida copero en Vallecas, su imagen fue lamentable. Un equipo de dos caras.
La otra papeleta que debe solventar también afecta a la delantera. A día de hoy, puede que Negredo sea un jugador más completo, pero Paco Alcácer es mejor delantero. El desequilibrio a la hora de elegir es evidente: uno le costará al Valencia 30 millones de euros, el otro ha salido gratis. Pero el caso es que viendo los pocos minutos que compartieron en Granada, parece que la opción de verlos jugar juntos (y bien) no es utópica. Quizás sea esa la solución.
Complicado moverse para el entrenador en estas aguas y ahora que los resultados fallan. Queda un mundo, es cierto. Sólo llevamos 14 jornadas de campeonato pero el Valencia ha pasado en pocas de estar a un punto del líder, a ser quinto a cuatro de distancia de la zona que da opción a jugar Liga de Campeones. Demasiada renta perdida. Mientras todo eso ha pasado, el discurso de Nuno no ha cambiado. Difícil de entender.
Los aficionados y los medios vivían subidos al barco y enrolados en su tripulación desde la primera jornada, yo mismo lo hice en un artículo aquí publicado el pasado 27 de septiembre. Seguramente la mayoría le sigue respaldando. Es justo. Pese a perder con el Barcelona, la imagen ofrecida fue más que buena y sólo en el último suspiro se le escapó un merecido empate. Capaz de mantener el tipo con los grandes, su conjunto se ha dejado el liderato en la carrera por la Champions con derrotas injustificables como la de Riazor o empates pírricos como el último en Granada.
El Valencia de Nuno hace honor a sus colores más que nunca. Blanco casi inmaculado en casa, donde suma 16 puntos y sólo ha cedido una derrota y un empate. Negro zaino como visitante con sólo dos victorias y un total de 9 puntos, lo que le convierten en el peor equipo de los siete primeros clasificados en la Liga. Además, aunque consiguió voltear el partido de ida copero en Vallecas, su imagen fue lamentable. Un equipo de dos caras.
Lo curioso, quizás lo más criticable, es que el rostro y el discurso que da el entrenador es siempre el mismo, sea donde sea, y aquí viene el primero de los errores achacables al técnico.Tras unas primeras semanas de desconcierto y titubeo, el portugués aterrizó en Mestalla con el viento a favor. Euforia en buena parte de la masa valencianista con el proyecto del nuevo dueño, el lavado de cara y pintura del estadio, la nueva tienda en el centro de la ciudad, los fichajes de futbolistas jóvenes, prometedores y comprometidos.... todo ha ido funcionando, hasta que los resultados le han llevado a una zona de calma chicha. No hay viento que arrastre al equipo y algunos de los encargados de remar en estas situaciones parecen cansados. Pese a ello, Nuno se empeña en afirmar que su equipo juega bien y merece las victorias. Lo dejó entrever en Vallecas y lo dijo en Granada. Se equivocó.
Si algo debe saber Espírito Santo es que el aficionado blanquinegro sabe y exige de fútbol. No le valen medias verdades y menos aún mentiras. Ahí también erró hace unos días, cuando aseguró que Barragán y Cancelo eran mejores jugadores que Joao Pereira y que por eso su compatriota nunca más jugaría en el Valencia. Mintió. Tanto que él mismo rectificó (o matizó) sólo unos días después al afirmar que los prefería porque eran mejores para su estilo de juego. Una manera de intentar salir de un charco en el que él solo ya se había metido. Porque el hincha valencianista ha visto jugar a los tres (a Cancelo poco, eso sí) y sabe que Pereira es el mejor, así que la explicación no convence.Personalmente creo comprender a Nuno, aunque se equivoque. Anda atado de pies y manos en ciertas decisiones, por buen entrenador que sea. Pereira es uno de los casos. En verano quisieron traspasarle para hacer hueco a otro lateral. La operación no cuajó, Joao ya había decidido dejar a su agente Jorge Mendes y ahí acabó la historia. Después de eso, es imposible que volviera jugar con él en el banquillo. Se lo debe a Mendes. Como le debe a Peter Lim haber llegado hasta aquí sin merecerlo. Cómo si no se puede entender el empecinamiento en hacer jugar a Rodrigo las últimas semanas. Su rendimiento es más que deficiente, al contrario de lo que ha demostrado De Paul en los minutos que ha jugado. Aun así, en Los Cármenes volvió a jugar el internacional español.
La otra papeleta que debe solventar también afecta a la delantera. A día de hoy, puede que Negredo sea un jugador más completo, pero Paco Alcácer es mejor delantero. El desequilibrio a la hora de elegir es evidente: uno le costará al Valencia 30 millones de euros, el otro ha salido gratis. Pero el caso es que viendo los pocos minutos que compartieron en Granada, parece que la opción de verlos jugar juntos (y bien) no es utópica. Quizás sea esa la solución.
Complicado moverse para el entrenador en estas aguas y ahora que los resultados fallan. Queda un mundo, es cierto. Sólo llevamos 14 jornadas de campeonato pero el Valencia ha pasado en pocas de estar a un punto del líder, a ser quinto a cuatro de distancia de la zona que da opción a jugar Liga de Campeones. Demasiada renta perdida. Mientras todo eso ha pasado, el discurso de Nuno no ha cambiado. Difícil de entender.
Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)
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