"" Mi idea, tu idea, sus ideas, nuestras ideas ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

13 noviembre 2013

Mi idea, tu idea, sus ideas, nuestras ideas

--> Cuenta la leyenda que el magnífico Milán de Arrigo Sacchi se desvaneció el día que el entrenador italiano se acercó a Marco Van Basten mientras éste tomaba el desayuno. Sacchi se acercó para comentarle algunas cuestiones tácticas a las que Van Basten contestó un escueto "ahora no, estoy desayunando". Baste este ejemplo para entender lo complejas que son las relaciones entre las distintas partes que confieren una plantilla.

Un artículo de Ricardo Zazo (@RichiZazo).

Ancelotti, Rijkaard, van Basten y Gullit. Foto: AC Milan.

     Porque el Entrenador tiene una Idea de Juego. Normalmente intenta ajustarla a su plantilla con mayor o menor acierto, pero siempre con intención: Que en el campo de juego se vea lo que él quiere. Que nada salga según lo previsto.

     Pero el jugador también tiene su Idea, la que él entiende para sí y para el equipo. Pero no sólo él, cada uno de los jugadores tienen su propia Idea, muchas veces opuestas a la de sus propios compañeros o incluso a la del entrenador. Como vemos, ensamblar todas estas piezas no es una tarea fácil ni rápida.
     Incluso puede que el club tenga su propia Idea de lo que quiere para su equipo. Es más, a veces, todo el club juega del mismo modo desde sus categorías inferiores. La complejidad es creciente según se suben los peldaños.
     Ajustar las ideas de todos requiere de todos para que la puesta a punto sea satisfactoria. Muchas veces entrenadores que no encajan con la filosofía de tal o cual club (si es que la tienen) son fichados porque tuvieron éxito en otros lugares completamente distintos. Y entrenadores idóneos no tuvieron tiempo ni respaldo suficiente para llevar a cabo su Idea.
     Es éste un mundo complicado, de entrenadores, jugadores e Ideas. Algo voluble e inflamable a cada acción, que requiere de un conocimiento profundo del  juego y sus relaciones, de interactuar con los compañeros, de entender lo que se pide.
     Pero cuando llega a buen puerto, eso es maravilloso. Hay comunión entre la grada y el equipo, entre los jugadores. Incluso los entrenadores son aplaudidos. Ese trabajo de precisión de cirujano provoca alegrías inmensas cuando todas las partes ponen de su lado para que la obra eche a rodar.

     Quizá Van Basten nunca entendió a qué jugaba su Milán. Quizá Sacchi nunca entendió a Van Basten y saliera de esa conversación rascándose la cabeza pensando en si estaba todo en orden. Quizá, solo quizá, esos años maravillosos en Maranello son producto de talento y disciplina férrea, nunca de entendimiento. O puede que fuera todo lo contrario, según a quien preguntemos.

     Savater suele decir: "Piense lo que quiera, pero piense". No se me ocurre mejor idea.


Escribe para 'El Chut': @sergiomguti



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