"" Los enterradores de Xavi Hernández ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

12 enero 2014

Los enterradores de Xavi Hernández

--> Destruir para renovar, para seguir produciendo. Destruir aunque lo antiguo no sea viejo. Destruir porque lo nuevo siempre es más lustroso, más estético. Destruir aun sin planes de reconstrucción. El principio es puramente capitalista, pero bien podría aplicarse al fútbol enfermo, donde nada sirve si está muy visto. Xavi Hernández cuenta 33 años, demasiados ya para agradar al consumidor compulsivo de novedades, al aficionado sin memoria y al plumilla con nuevas fidelidades que trabajar.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.

Xavi Hernández, en un partido con el Barça.

     Qué ganas tienen de enterrarlo. Han comprado la lápida y la han instalado en un lugar privilegiado del camposanto. La han grabado con su nombre y sus apellidos, con sus muchos títulos y sus méritos innegables, y procuran dar sepultura al féretro cuanto antes. Han contratado con cuatro perras al más mohíno de los enterradores y le han ordenado apresurarse. No se entretenga, le han dicho, e ignore los gritos de "estoy vivo". Los cadáveres no hablan, añaden. Los cadáveres no juegan al fútbol.
     Pero Xavi Hernández sigue jugando al fútbol. Y juega poco más o menos como siempre, con grandes limitaciones físicas y envidiables recursos técnicos y prácticos. 
     Puede que la edad haya ralentizado sus movimientos. Puede que esa décima de segundo de más deprecie su aportación. Y puede que sus compañeros sean menos buenos ahora, sin la mejor versión de Hernández. Pero Xavi sigue jugando. Y juega porque su entrenador lo pone. Y su entrenador lo pone porque no encuentra a otro mejor en su puesto.

     Los enterradores piden a Cesc, pero Cesc es lo más opuesto que existe a Xavi Hernández. Quizá ese relevo resulte inevitable, pero entonces cambiará todo el tinglado; el Barça jugará distinto y ya veremos si la nueva fórmula funciona o es peor que la actual. La transición, desde luego, se está haciendo tarde y mal. Las circunstancias pasadas tampoco ayudaron: la marcha de Pep, la enfermedad de Tito, la brusca contratación del Tata.
     La realidad es que no hay relevo para Xavi porque Cesc -que es buenísimo- no ha aprendido a llevar el ritmo, a pausar el juego, a mantener el orden. "Cesc es un jugador anárquico", zanjó Tito. El debate al respecto debería haber acabado con esas palabras tajantes. Cesc no es Xavi, y nunca lo será.
     Los enterradores piden a Iniesta, pero entonces el Barça perderá a su mejor superador de líneas, empeñado en una tarea que pocas veces ha realizado y con la que no le agrada cargar.

     Los enterradores piden a Sergi Roberto, pero Sergi Roberto aún no está preparado. Quizá posea las cualidades necesarias, pero no deja de ser un crío recién ascendido, un futbolista del que además siempre se esperó otro tipo de aportación al equipo: zancada, llegada, desequilibrio, contención. Sergi Roberto sabe jugar más o menos como Xavi, pero aún no sabe.

     Los enterradores piden incluso a Song o a Messi. Andan perdidos, los pobres. Incapaces de acallar esa vocecita impertinente que les llega desde el interior del ataúd: "Estoy vivo, cabrones. Sigo aquí. Aún tenéis que aprender mucho de fútbol para acabar conmigo".

     Los enterradores ganarán algún día, desde luego. Pero su victoria será la de la muerte.


Escribe para 'El Chut': @sergiomguti

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