"" Neymar y el derecho a decidir ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

27 enero 2014

Neymar y el derecho a decidir

--> Los inuit son un conjunto de pueblos de origen esquimal que habitan las regiones árticas de Norteamérica. Algunos de sus asentamientos más importantes se encuentran en el norte de Quebec, región canadiense en parte desafecta hacia las instituciones del Estado que la engloba. Siempre que los inuit han debido pronunciarse sobre la posible secesión de su territorio, han votado masivamente en contra. Quieren continuar siendo canadienses. Y no les gusta la idea de que el resto de quebequenses decida por ellos.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez (@sergiomguti).

Neymar Junior, tras lesionarse el tobillo en Getafe. Foto: calciostreaming

     A nadie le gusta que decidan por uno, pero así funciona el invento de la democracia: la mayoría impone su criterio a la minoría (respetándola, se pretende), de manera que sólo hay que poner nombre a lo que cada cual entiende por opinión mayoritaria.
     Unos canadienses imponen su voluntad a otros canadienses. Unos quebequenses imponen su voluntad a otros quebequenses. Unos españoles imponen su voluntad a otros españoles. Unos catalanes imponen su voluntad a otros catalanes.
     Nos gusta creer que poseemos la libertad de decidir lo que somos, mas sólo somos en sociedad y por tanto sólo en función del otro. Nos creemos libres, pero nos imponen un modelo de vida, nos dicen qué comer y cómo vestir, cuándo y cuánto trabajar, qué leyes cumplir. Contaminan el mismo aire que respiramos y el agua que bebemos, y no nos sabemos quejar.

     Y sin embargo nos soñamos con derecho a decidir.

     El derecho a decidir (si de verdad existe) es por definición un derecho individual, porque cuando dos o más han de decidir sobre algo inevitablemente surgirán diferencias opinativas, y entonces unos acabarán imponiendo su entendimiento a los otros.

     No nos gusta, en general, que decidan por nosotros.

     Por eso hemos inventado y desarrollado unos derechos que protegen ciertas libertades: cada individuo decide por sí mismo (o habría de poder decidir) la opción política que vota, el periódico que lee, la ciudad en la que vive, el trabajo que lo ocupa. Y hemos creado leyes que amparan esas libertades: nadie nos puede imponer (o nadie habría de poder imponernos) una opción política, un periódico, una ciudad, un trabajo.

     Nadie. Ni siquiera nuestro padre.

Bartomeu y el padre de Neymar

     El nuevo presidente del Barça, señor Bartomeu, dice haber explicado con pelos y señales las cifras del traspaso de Neymar Junior. También asegura que Neymar cobra muy poco dinero en comparación con otras grandes estrellas del deporte. Y pretende zanjado el tema de los 40 millones de euros pagados a la empresa N&N, perteneciente al padre y la madre del futbolista.
     Cuenta Bartomeu que el Barça abonó 40 millones de euros a la familia Neymar porque ésta poseía "el derecho a decidir" dónde había de jugar el chiquillo. Bonita expresión para los tiempos que corren: el derecho a decidir. No se le ocurrió otra mejor.
     El juez estará echándose las manos a la cabeza: ¿desde cuándo posee un padre el derecho a decidir dónde debe trabajar su hijo mayor de edad? ¿Cómo pretende el Barça que pase por legal tamaño despropósito? ¿Cómo es que el aficionado culé no se ha escandalizado? ¿Acaso no resulta obvio que esos 40 millones de euros (y algunos más) son un pago indirecto al futbolista por trabajar en el Barça y no en otra entidad?

     Los inuit quebequenses, de momento, pertenecen a Canadá. Nadie se ha preguntado si ellos también poseen un derecho a decidir por sí mismos. En el caso de que se les reconociera, el 90% inuit de filiación canadiense impondría su voluntad al 10% de sensibilidad quebequense. Todos mantendrían, eso sí, la potestad de trabajar donde les diera la gana. Porque un padre inuit no se mete en esos asuntos, propios de la libertad del hijo.


Escribe para 'El Chut': @sergiomguti

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