"" Imaginé una Lorca nuevamente feliz ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

25 febrero 2014

Imaginé una Lorca nuevamente feliz

--> El habitualmente sabio refranero español cuenta que “uno no es de donde nace sino de donde pace”. Imagino que muchos estarán de acuerdo con la afirmación. Personalmente no me reconozco en ella, al menos no definitivamente. Puede que más aún después de aquellos terribles terremotos del 11 de mayo de 2011Me explicaré. Siempre he sentido que mi ciudad es Valencia. Desde niño me atrajo y desde niño decidí que aquí quería vivir. Lo conseguí y lo encontré prácticamente todo. En lo bueno y también en lo menos. Pero jamás he dejado de sentirme lorquino. Necesito volver cada año, respirar sus olores, caminar sus calles, ver sus colores y envolverme en su gente. Mi gente.

Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara).

Fortaleza del Sol, Lorca. Foto: Luiyo.  

     Desde hace casi tres años no es lo mismo. Seguramente para muchos de los que viven cada día en Lorca, las sensaciones que transmite la cotidianeidad son diferentes. Para los que nacimos, crecimos y vivimos en ella pero ahora estamos lejos, la percepción es diferente. Se siente una ciudad más triste, menos luminosa, más gris, como si hubiese perdido ese maravilloso apelativo de Ciudad del Sol.

     Los solares, las obras, las grúas, el polvo… ese que parece no marcharse nunca, el que en algunas calles no te deja respirar. Cómo notas que le cuesta respirar a mucha gente cuando escucha un ruido más alto de lo normal, un movimiento más brusco de lo habitual. Porque percibes que los lorquinos que viven en Lorca ya no escuchan los ruidos como tú y no sienten los movimientos del suelo como tú. A veces incluso te sientes culpable por no haber estado aquel día allí, para sentir el desconcierto, el miedo… porque por mucho que pretendas ponerte en situación, eso es imposible.
     Quizás por todas esas sensaciones que tienes cuando regresas a Lorca, encontrar resquicios a la alegría mantienen viva la esperanza.
     Hace un par de semanas yo encontré uno de ellos en el circuito Ricardo Tormo de Cheste. Por allí andaba, muy rápido, un chaval de La Campana, una de las pedanías de Lorca. Tan rápido que puede que gane más de una carrera en el Mundial de motociclismo de este año. Juanfran Guevara. Ver la ilusión en sus ojos y escucharla en ese ‘acentico’ tan nuestro me recordó la cantidad de alegrías que se pueden encontrar allí. Y lo imaginé en el podio de ese mismo circuito dentro de unos meses con su bandera de apoyo a Lorca.

     Sólo unos días después, apareció en algunos medios Úrsula Ruíz para demostrar que nadie lanza tan lejos como ella en este país. La volví a imaginar en los Juegos Olímpicos de Londres, su primera participación, y entonces también la imaginé en el podio de alguna otra gran competición internacional.
Por si la autoestima me faltara, el sábado aparecieron los chicos de La Hoya-Lorca para recordarme que nadie juega como ellos al fútbol en Segunda B. La mayoría les recordará por esa fea camiseta de brócoli estampado, yo siempre lo haré por las alegrías que le dan a muchos de mis familiares, amigos o desconocidos cada fin de semana. Y entonces les imaginé la temporada que viene en Segunda División y pensé que con ellos también todo es posible.

     Claro que puestos a imaginar, prefiero imaginar que pronto los institutos y colegios estarán pronto acabados para que los niños puedan volver a su normalidad. Que los solares nunca más volverán a estar vacíos. Que la gente ya no tendrá miedo cuando sienta un movimiento raro bajo los pies. Y que todos podrán disfrutar de esos chicos del deporte que tantas alegrías dan. Porque sin tranquilidad, disfrutar del deporte es difícil de imaginar.  


Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)

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