"" La manada sin alfa ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

06 febrero 2014

La manada sin alfa

--> La degradación de los ecosistemas produce escenas dantescas de animales desorientados, famélicos, incapaces de encontrar en la herencia genética y en la propia experiencia la solución al problema sin par de la supervivencia. Los osos polares huyen del deshielo de los casquetes sin saber adónde, y acaban ahogados o rendidos, llorando la injusticia de una muerte abominable para la que no estaban preparados. Los lobos cazan en manada, se dice, mientras las presas abundan. Si éstas escapan a menudo o simplemente escasean, la disciplina del grupo se rompe y algunos de sus miembros se vuelven egoístas.

Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.

La plantilla del Barça mantea a Pep Guardiola tras una exitosa campaña 2010-11. Foto: globalite.

     El fútbol exige hambre perenne de victoria, y a la victoria sólo se puede llegar por el camino del esfuerzo colectivo. Aquel "ganar, y ganar, y ganar, y volver de ganar" de Luis Aragonés es la realidad cotidiana de los grandes equipos. Aquella obsesión guardiolista por el detalle, por el encaje de cada pieza en el mecanismo grupal, era su complemento imprescindible.
     Se ha contado muchas veces la historia de la primera charla de Pep en el vestuario del Barça. El técnico se mostró dispuesto a perdonar todos los errores individuales, pero nunca la economía en el esfuerzo.
     ¿Sufre el Barça un problema de desidia, de egoísmos mal encauzados? Rotundamente sí, aunque sus futbolistas se enfadarían si leyeran un diagnóstico tan impío. Rotundamente sí, aunque el enunciado peque de cierta ingenuidad.

El macho alfa del equipo

     Ningún problema en fútbol es individual. Casi todos los errores encuentran su causa en una descoordinación con el compañero de equipo. Si yo pierdo un balón, ¿lo pierdo por inútil o porque tú no te me has ofrecido? Si me gana en velocidad un rival, ¿acaso no debías haberme ayudado?, ¿acaso no sabemos ambos que él es más rápido que yo?

     No, ningún error es individual donde once tíos persiguen el mismo objetivo, ni siquiera la desidia, ni siquiera el egoísmo. No se puede señalar a Pinto o a Valdés, a un Dani Alves permanentemente fuera de sitio, a un Piqué amodorrado o a un Mascherano vencido. Si Jordi Alba aplica mal ciertos conceptos defensivos, será porque alguien no se los ha enseñado. Si Busquets se mueve como una peonza desequilibrada, si viaja de lado a lado al impulso de cada tarascada, será porque existen demasiados espacios en sus costados.
     Si Xavi retiene el balón, maldita sea, lo retendrá porque ningún pase le parece apropiado.
     Y así continuamos con Iniesta y su repentina incapacidad para superar líneas enemigas, con Messi y su manifiesta pereza a la hora de presionar (más allá de alguna arrancada imprevista). Y así se ha de afirmar que Pedro y Alexis sostuvieron al Barça en ausencia de Leo y Neymar, y que uno y otro brillan sólo cuando la maquinaria les permite brillar.

     Todo tiene una explicación colectiva. El Barça recuperó la presión y el juego de posición con Xavi en el campo, con un buen Iniesta, con Cesc de falso de nueve y sin sus dos estrellas más desequilibrantes. Cuando el acordeón se movía de forma acompasada, los centrales se envalentonaban: Piqué y Mascherano (o Bartra) adelantaban líneas y robaban por anticipación. Y los elogios llovían: ¡Piqué vuelve a ser el de siempre! ¡Busquets es sin discusión el mejor mediocentro del mundo! La manada tenía hambre y sabía a lo que jugaba. Todos a una, con ganas de masticar una presa, y otra, y otra, y después otra más. No ocurría siempre, por supuesto; pero al menos ocurría.
     El regreso de Messi ha acabado de golpe con esa intensidad, quién sabe si por su culpa o porque en las manadas no todo es solidaridad. La estrategia ha cambiado, la caza ya no se ejecuta igual. Cada lobo corre a su antojo, cada cual persigue sólo su propio bocado.
     El ecosistema del Barça se ha degradado. Algunos animales se aprestan a huir, el pánico los acecha. Y la manada se resiente. Es hora de que el macho alfa se imponga, o la historia acabará en desbandada. La pregunta es si existe un macho alfa. Y si se llama Gerardo Martino.


Escribe para 'El Chut': @sergiomguti

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