--> El corazón y la historia del Valencia seguirá perteneciendo siempre a sus aficionados. El Valencia y la gran mayoría de clubes de fútbol españoles. Al menos será así en esa metafórica pertenencia. Porque en la realidad, dejó de pertenecerles hace mucho tiempo. Puede que ya lo hiciera cuando se convirtió en SAD, desde luego fue cuando comenzó a hacerlo. Pero, definitivamente, se despidieron de él con la llegada de Paco Roig.
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Paco Roig, expresidente del Valencia C.F. |
Luego, los Vicente Soriano, Villalonga, Llorente y ahora Salvo/Aurelio Martínez han tenido más o menos 'éxito' en lo que han intentado pero, realmente, no siendo en la mayoría de los casos máximos accionistas, simplemente han sido unos mandados, más o menos dóciles, por el verdadero dueño (y viendo la evolución, puede decirse que gran lacra) que ha sido el gobierno valenciano.Ahora bien, ese dueño también pasó a estar paradójicamente atado por la deuda que decidió adquirir, no hace tanto, con una entidad económica por la última ampliación de capital. Digo una entidad económica porque de ser los mandados (por el propio gobierno valenciano) de Bancaja los 'inversores' del club, pasó a ser Bankia la dueña de esas inversiones. Incluso en un primer momento, con Rodrigo Rato a la cabeza, su vinculación política a la Generalitat le hizo seguir dando cancha a los dirigentes valencianistas. Pero cuando Bankia se derrumbó y Goirigolzarri tomó el mando, las cosas dejaron de ser lo mismo. Lógicamente, por otra parte.
Querer hacer ver ahora a Bankia
como el malo de la película por su decisión de vender el Valencia,
cuando sólo busca recuperar su inversión y la deuda que tiene el
club contraída, además de dar una estabilidad económica al menos a
corto plazo, es un ejercicio de cinismo inmenso. Los bancos son
culpables de muchos de los males que nos acucian como ciudadanos y
sociedad hoy en día, pero no de la venta del Valencia, por mucho que
alguno se empeñe en hacerlo ver así.
Culpen si quieren a los
políticos y gobernantes que tomaron las peores decisiones posibles
en la sombra, que lo hicieron con la única finalidad de aprovecharse
en las urnas de ello y de beneficiarse del escaparate mediático que
les ofrecía una entidad nombrada mejor club del mundo en el año
2004. Ellos y los figurantes que eligieron como ejecutores para las
sucesivas directivas del club son verdaderamente los únicos
culpables.
Y, de paso, asuman algo. El
corazón y la historia del Valencia les pertenecerá siempre, pero el
Valencia pasó a ser una empresa hace tiempo y, desgraciadamente, ese
Valencia dejó de pertenecerles hace muchos años. Quién sabe si
algún día volverá a pertenecerles.
Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)
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