--> La crisis económica no sólo afecta a autónomos, comerciantes o mineros. Los clubes de fútbol también sufren la lacra de la recesión. El Celta de Vigo, como la mayoría de los equipos de “la mejor liga del mundo”, se ha visto obligado a vender a su mejor jugador, Iago Aspas. Con el dinero recibido se ha reforzado en la medida de lo posible con fichajes ilusionantes como Nolito, Fontás o Rafinha, este último cedido. Pero si hay alguien que realmente hace soñar a los gallegos es Luis Enrique.
Un artículo de Diego García (@diegoelchut).Seguir a @diegoelchut
Luis Enrique Martínez. Imagen: BancoSabadell. |
El técnico asturiano,
tras su paso por el filial del Barcelona llegó a la Roma, equipo en
el cual permaneció solamente un año. Estando en paro, lejos de
acomodarse como la mayoría de los entrenadores de la élite, “Lucho”
aprovechó para practicar deporte como jamás lo había hecho (o quizá sólo de un modo un poco más exigente que de costumbre). Preparó maratones y acabó realizando Ironman, quizás la
prueba deportiva más exigente del mundo. Junto a amigos como Josef
Ajram y Pepe Navarro creó “Sueños por hora”, para informar
acerca de todo lo necesario para completar una prueba de ese tipo.
Luis Enrique, el fútbol y el Celta
Pero a Lucho le apasiona
el fútbol. Su llegada a Vigo ha causado una gran expectación,
aunque no tanto como su 5-3-2 (o 3-5-2). Con esta formación busca
dotar a su equipo de una mayor seguridad defensiva. Hay que aclarar
que se trata de una disposición adaptable, que puede presentarse como muy defensiva (al utilizar cinco
defensas) o muy ofensiva, pues en
transición los laterales se convierten en carrileros. La principal
ventaja es contar siempre con tres o cuatro jugadores en línea defensiva,
lo cual minimiza el riesgo ante una pérdida de balón. La desventaja más
grande es el nivel de compromiso táctico que deben alcanzar los
jugadores.
En el Celta, el hombre que puede variar de una formación a otra es Borja Oubiña, ese prometedor medio centro al que las lesiones mermaron su progresión. La principal pregunta es si el vigués aguantará el ritmo, partido tras partido.
Otra faceta que caracteriza al asturiano es su gusto por la estrategia. Ya en los primeros
partidos amistosos con su nuevo club ha mostrado diferentes jugadas a partir de
saques de esquina o faltas laterales.
Y por último destaca la
capacidad de minimizar riesgos. Las opciones que sopesó hasta
ahora parecen fortalecer la parcela defensiva, quizá porque sabe que la
ofensiva tampoco aportará grandes cosas. Cabe esperar bastante de
los Nolito, Charles, Rafinha o Augusto, pero ninguno de ellos
(excepto Charles) es goleador de por sí. Conocedor de esto, apuesta
por buscar esa ley no escrita pero conocida por todos: si dejas tu
portería a cero es más fácil ganar. Portería, por cierto, que no
está nada decidida.
¿Apostará Lucho por
Rubén, joven e inexperto pero sobradamente preparado? ¿O el puesto
lo disputarán Yoel y Sergio? ¿Conseguirá que Oubiña ejerza de
Busquets? ¿Y que su equipo pueda pasar de una formación a otra
dependiendo del momento del partido?
Nadie duda que el Celta
correrá, luchará, morderá por cada balón. Que cada jugador se
sacrificará por su compañero, que serán solidarios defensivamente…
Pues esto era Luis Enrique como jugador. Y esto es Luis Enrique como
entrenador. Perdonará que fallen un pase, que encajen un gol o fallen
otro, pero lo que jamás les permitirá es que no entrenen y jueguen
con tensión.
La ilusión vuelve a
Vigo, ciudad que añora con que su equipo vuelva a ser lo que un día
fue, un equipo respetado y admirado. Luis Enrique es el hombre.
Seguir a @diegoelchut
Pinche aquí para consultar otros artículos de Diego García.
Comparte este artículo:
0 comentarios:
Publicar un comentario