--> Quienes reclaman con extrema urgencia el fichaje de un central para la defensa del Fútbol Club Barcelona, sea quien sea y como si no importasen sus condiciones, lo hacen con los ojos cerrados, ciegos como están para mirar lo que el Tata Martino les quiere mostrar: que su línea de cuatro trabaja de un modo completamente diferente a la de Tito, que se parece en algo a la de Pep pero con mecanismos de coordinación muy distintos. Los centrales del Tata no han de ser grandes especialistas posicionales: su misión es marcar al hombre, anticiparse a los rivales y corregir al compañero cuando el compañero no se basta para hacer la parte del trabajo que le corresponde. Si alguien conoce para esa labor a un tipo más apto que Javier Mascherano, que lo diga desde ya, que grite su nombre levantando la mano.
Un artículo de Sergio M. Gutiérrez.Seguir a @sergiomguti
Formación del Fútbol Club Barcelona. Foto: Alejandro Castro. |
Porque el Barça del Tata pretende mantener al rival muy lejos de la portería de Víctor Valdés. El técnico argentino ha recuperado la presión. Y entiende que para presionar es preciso reducir los espacios. Y para limitar las distancias los defensas deben empujar. Y al empuje de los defensas Martino añade la exigencia de marcar individualmente al atacante rival.
De modo que el central del Barça pocas veces se ve sometido a un bombardeo de balones aéreos en su punto de penalti. Ni ha de medir 190 centímetros ni tiene por qué sacar los codos en el espacio corto.
Un defensor blaugrana ha de saber vivir al límite, imponerse a menudo en el uno contra uno, pegarse a la espalda del delantero, adelantarse a su recepción de pelota, no permitirle jamás el giro con balón controlado. Debe ser rápido también, corregir el error del compañero de línea, coordinar con él las marcas y las salidas de la cueva.
Intenso antes que fuerte, reactivo mejor que táctico, rápido y no posicional: tales han de ser las virtudes de un central del Barça.
Imaginen ahora al mismísimo Thiago Silva (seguramente el mejor central del mundo) enfrentado a esa tarea con Gerard Piqué como pareja. Imagine, querido lector, al disoluto David Luiz, al largo y elegante (pero de escasa explosividad) Jan Vertonghen. Agger no duraría un asalto. Quizá sólo Mangala soporte la comparación con Javier Mascherano.
Porque el hombre del Tata es Mascherano. Es el jefe para su defensa, el central ideal, el complemento más perfecto para Piqué, después del mismísimo Puyol.
¿Se acuerdan de Vergini? El nombre del chico de Newell's apareció por todos lados cuando se supo que el Tata Martino entrenaría al Barça. Un invento periodístico en toda regla. El central que necesita el Barça es todo lo contrario. Es Mascherano, es Puyol (rejuvenecido o sin lesiones), es Marc Bartra: tipos acostumbrados a salir de la trinchera, defensas que se sienten bien en campo abierto.
El Barça no tiene dinero para fichar al central que quería Tito. El central que necesita el Tata quizá ni siquiera exista.
El Barça no tiene dinero para fichar al central que quería Tito. El central que necesita el Tata quizá ni siquiera exista.
Escribe para 'El Chut': @sergiomguti
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hombre a ver si va a ser ahora mascherano el mejor central del universo...
ResponderEliminarNo dice que sea el mejor del universo, dice que es de los mejores jugando marcando al rival, anticipándose al rival, etc..
EliminarComo siempre, muy bueno Sergio.
¡Gracias!
EliminarSí, en efecto me refiero a eso: Mascherano es para el Tata el mejor defensor posible, o al menos no ha encontrado en el mercado a ningún futbolista con mejores condiciones para realizar el trabajo que le va a pedir. :-)
mascherano primero tiene que ser central para ser bueno.
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