"" Días sin "9", en la vida de un River-Boca ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

09 octubre 2013

Días sin "9", en la vida de un River-Boca

--> Pasó un nuevo superclásico del fútbol argentino, mundial. Pasó un nuevo River-Boca, esta vez con la particularidad, como en 2004, de la ausencia de público visitante. ¿No mereció River perder, no? Un empate en el final -¿que no hubiera festejado River?- hubiera sido lógico “en caliente”, en frío ya no sé. Buen primer tiempo de fútbol. En posesión de pelota y calidad de tal fue más el equipo de Ramón; Boca atacó, o contra-atacó mejor; en situaciones de gol, fue más Boca en el primer tiempo, reitero, donde se definieron roles, el curso del partido y su resultado.

Un artículo de Leandro Bailac (@pilarfutbol)

El Monumental de River. Foto: H Dragon.

     Boca jugó con “9”, River no, y paradójicamente “Teo” Gutiérrez fue de lo mejor. Así explico el resultado de los primeros 45 minutos y del juego; luego con 0-1 (o 1-0) suceden "cosas", cambian los planteos, o se intensifican. River, Ramón Díaz y su equipo definieron que debían tener la pelota, presionar bien arriba y “atacar”. ¿Habrá definido que como el Barcelona? ¿Con “el espacio” como número “9”? No lo creo, si fue así se perdió algo de la explicación “Guardiolesca” Ramón Díaz.
     Al fútbol se gana haciendo goles, si no empatas 0 a 0 en el mejor de los casos. Tonto, real y básico. River jugó de manera asociada, hizo muchos pases y bien. Soltó a sus volantes, generó alguna jugada para que terminara en gol, pero quien llegó a definir no fue ni Teo, quien se unió a la elaboración -y muy bien que hizo- y menos el "niño" Andrada más abierto que cerrado (no contemos la pelota parada como parte de este análisis). Llegó un frío Carbonero a patear casi mano a mano con Orión, probaron Lanzini, Rojas. Insisto Teo -quien vino para romper redes- no, salvo al final, con el último aliento, donde todo sucede por insistencia, -lo que queda de táctica también- y no por estrategia.

     Como dije, el segundo tiempo y con score abierto es otro cantar. 
Del otro lado -del de Bianchi- Gigiliotti tuvo tres chances en el borde del área chica, una en offside; la segunda el gol: desborde del “7”, anticipo ofensivo al máximo del “9” al central de turno. Básico parece, antiguo, clásico; a llamarlo como quieran, yo efectivo también.
     Está muy bien la teoría del vacío, pero River no programó eso, Ramón no lo hizo nunca, no tiene como y lo sabe. Tengo dudas del  pedido hacia el colombiano por parte del riojano. ¿Quién se hizo cargo del faltazo al superclásico del centrodelantero en el local? Por ahora ninguno. Boca lo aprovechó, hizo el gol, que en estos partidos como en partidos de Copa y de visitante valen dos. Lo entendió y lo planificó así Boca, Bianchi. Y con el resultado puesto lo dice, se lo deja como enseñanza a Ramón.
     No hay que dejarse engañar: como en el River-San Lorenzo pudieron ganar los de Pizzi y Barovero mereció su arco en cero también, para eso está- River, daba la sensación, que le pudo haber hecho un gol o dos a Boca repito. Apareció Mora como “9”, y Teo dijimos, en el final del segundo tiempo, desordenado, confuso; contra un Boca ya demasiado lesionado, pero con Orión lúcido hasta el minuto ‘93. En el 11 contra 11 “titular”, Boca diezmado y todo no mereció perder, lo digo hoy analizando el todo.
     En el segundo tiempo 0-1 ya, River fue más, Boca no fue, aguantó y se llevó más que 3 pts., se robó el festejo, y hasta una posible "Reelección", que tensiona políticamente si, y recibe su entrenador, que lo presiona y lo hace errar en el discurso posterior: "Nuestro entrenador es más grande" dijo Riquelme. "Se juega como en la copa" "enseñó" Bianchi; Ramón (que debe seguir pensando hoy) solo se contradijo echando al piso lo bueno del partido, olvidándose de aquella clasificación con San Lorenzo, con un planteo que sirve para seguir de copas si, pero como muchas veces dijo de este Boca, de lo peor de su historia.  
     River tiene equipo, no para jugar a ser el Barcelona ni mucho menos, pero no coincido con quien dice que no tiene plantel. Al contrario que su entrenador creo que no define el método, y este a su vez, es preso de su discurso. Pensó que desafiando a Boca (“si salimos los dos a atacar va a ser un lindo partido”) éste iba a cambiar, a salir. 
     Metido en el corazón del Monumental dije: pudo River quedarse con su fiesta (terrible fiesta); debió, lo mereció. Al menos empatar y olvidar este terrible momento político que atraviesa y divide pero Boca le robó el grito y lo dejó en “mute” una vez más.
Hoy frío, digo que el solitario visitante fue práctico, inteligente, y que pudo noquearlo recuerden también (y lo hará cuando Sánchez Miño emboque una de las que tiene por partido) y terminarlo.
     Dije, de pie y en caliente que River pudo ganar el partido, que hizo méritos, que jugó fútbol. Hoy sentado, digo que River no iba a hacer un gol, porque su goleador es Mercado y porque no jugó con quien la empuje. Digo que River pudo haber hecho uno o dos goles con un “9” como Ramón Díaz. Extraña que no lo haya creado ya a imagen y semejanza con lo que se quiere.

Escribe para 'El Chut': Leandro Bailac (@pilarfutbol)

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