"" La necesidad del líder ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

28 octubre 2013

La necesidad del líder

--> Quique Sánchez Flores solía repetir constantemente en sus comparecencias ante los medios de comunicación esta frase: “La fuerza del lobo es la manada”. La sentencia no es, evidentemente, del entrenador madrileño. La ocurrencia hay que atribuírsela al escritor Rudyard Kipling en su ‘Libro de la Selva’ y, además, Quique aprovechaba sólo una parte de la misma, que se iniciaba con “la fuerza de la manada es el lobo”.

Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara).

Miroslav Djukic, entrenador del Valencia C.F.

     No sé si Sánchez Flores obviaba esa primera parte conscientemente, pero siento que tanta importancia tiene una como la otra. Es poco probable que un individuo alcance el éxito sin el apoyo de aquellos que conforman su grupo, pero si ese grupo no tiene un líder que les guíe tampoco se realizará como tal. Son cuestiones que se retroalimentan.

     Sea como fuere, Quique repitió tanto aquella idea (también le gustaba verse como Katsumoto, el jefe Samurai de la película ‘El Último Samurai’ protagonizada por Tom Cruise) porque debió entender que el Valencia, la manada, ya andaba por aquel entonces ausente de líder. El lobo predominante no emergía.

     Tras la marcha de Rafa Benítez, que se convirtió en guía por derecho propio tras sus éxitos deportivos, Juan Soler buscó el líder en uno que jamás lo fue. Ranieri en su primera etapa simplemente dio en el clavo como entrenador y encontró ese liderazgo en los jugadores. Cañizares, Djukic, Mendieta, Piojo… ellos lideraban el grupo. Repatriar al italiano, que a punto estuvo de “venir nadando” desde Londres, fue sólo el primer error del inútil Soler, tan líder de club como un ‘mono con pistolas’.

     A partir de ahí, el Valencia se fue descomponiendo como un castillo de arena, a golpes de ola de mar.

     Baraja y Albelda por diferentes motivos fueron dejando de ser los estandartes que pudieron tomar el relevo a Benítez. Los entrenadores que iban y venían, carecían del carisma suficiente para arrastrar al grupo (pese a intentarlo como Quique) o les sobraba carisma y caradura (como Koeman).
Los jugadores que fueron llegando aportaron mucho futbolísticamente. En algunos casos fueron (son) futbolistas brillantes como Villa, Silva, Mata… ¿pero líderes? No, líderes no fueron.
     Porque la conclusión definitiva es que un individuo, por más que se empeñen los demás e incluso uno mismo, no se convierte en líder. El líder nace, lo ves desde pequeño cuando juega en el parque, en el cole… tira del resto de amiguitos. Con el tiempo ese liderazgo puede pulirse y acrecentarse o, simplemente, quedarse para presidente de comunidad de vecinos. Pero si no lleva algo desde la cuna, olvídense.

     En los últimos cuatro años, siguiendo la desertización de los otros cinco anteriores, han intentado convertirse en líderes desde Manolo Llorente a Amadeo Salvo en el sillón de tribuna. Desde Emery a Djukic en el banquillo. Desde Soldado a Banega en el terreno de juego… Ninguno ha cuajado porque ninguno lo lleva. No se trata de ser mejores o peores profesionales o personas, pero líderes no son. Y el Valencia lleva casi diez años echándolo en falta.


Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)

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