"" La condición humana ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

21 julio 2013

La condición humana

--> Días como el del anuncio del abandono de Tito tienen tal carga de emotividad que provocan la reflexión colectiva sobre los valores, el respeto y la generosidad. La buena noticia es que cuando alguien declara públicamente padecer una dura enfermedad, la unanimidad en la aflicción, real o fingida, es unánime. La mala noticia es que los buenos deseos son efímeros. Como la vida misma.

Un artículo de Luis Jiménez (@lujimmix).
Luis Jiménez es periodista y comentarista de Eurosport.

Tito Vilanova, en una rueda de prensa. Foto: soccerhonduras.

     Quien haya perdido a un ser querido sabe que la línea que separa la capacidad de distinguir entre lo importante y lo imprescindible es muy delgada. Es habitual escuchar que las ausencias te hacen valorar cosas como una buena salud o el poder estar junto a los tuyos, dejando al margen inquietudes puntuales como una mala racha laboral, rencillas con un compañero de trabajo al que no soportas, discusiones con la vecina de arriba por andar con tacones a las tres de la mañana o que mañana tienes que llevar el coche al taller y no sabes cómo vas a pagar la factura. Pasado el primer impacto de la noticia, la propia vida te va volviendo a situar en esos lugares comunes en los que esas pequeñas cosas volverán a amargarte la existencia, cabrearte, hacerte sonreír y, en definitiva, a recuperar la vida cotidiana. El mazazo de Tito Vilanova no va a ser una excepción.

     Como en cualquier situación traumática, el primer escalón es el de la perplejidad. No creerse lo que escuchas entrando en una especie de estado de shock. No por temido, incluso esperado, el efecto de la noticia es devastador. El segundo estadio pasa por la negación de lo sucedido, iniciando un duro camino hasta que, por fin, se acepta la realidad. Una vez digerido el golpe, procesada la mala noticia y asumida como inevitable, se pasa a la fase de afrontar la realidad de la ausencia, en este caso, la enfermedad del entrenador del FC Barcelona. Si algo bueno tiene este particular mundo que es el fútbol, la rapidez con la que se devoran los acontecimientos jugará a favor de la asunción natural de la noticia, acelerando hasta el máximo todos los procesos. La máquina no puede detenerse por nada ni por nadie, volverá a salir el sol, el equipo a entrenar, se buscará con urgencia a un nuevo entrenador y llegará el primer amistoso, la primera gira y el primer partido oficial. En tiempo récord. Y nadie se olvidará de Tito, por supuesto que no, pero la vorágine y la velocidad con la que esta máquina imparable se mueve hará que el impacto sea cada vez más leve, la asunción más rápida y el proceso más digerible.

     Llámenme ingenuo, pero a veces me sigue sorprendiendo la condición humana en situaciones tan dramáticas como ésta que acabamos de vivir con la recaída de Vilanova. Leer los respetuosos buenos deseos de ciertos personajes habituales en las redes sociales, que horas antes no hubieran dudado en insultar, calumniar, ofender y desear lo peor al rival deportivo, no dejan de provocar mi asombro. Seguramente forma parte de nuestros genes pero, qué quieren que les diga, me sigue chirriando la hipocresía. Especialmente en días como el del anuncio del abandono de Tito.


Escribe para 'El Chut': Luis Jiménez (@lujimmix).

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Luis Jiménez es periodista y comentarista de Eurosport.


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