Michu, la nueva alternativa

--> Michu ha sido convocado por la Selección española. No, no es un espejismo. Se ha producido un domingo, cuando la gente aún estaba disfrutando de los últimos coletazos del verano en terrazas y restaurantes, sin interés por una Liga en la que los dos que dan audiencias habían jugado el día anterior.

Michu jugará en la Selección española (Fotografía: swanseacity.net)

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--> La presencia de los defensores acérrimos de Michu en las redes sociales durante las horas previas a las convocatorias de Vicente del Bosque llegó a convertirse en un fenómeno 'mainstream', especialmente antes de la Copa Confederaciones. Con el paso del tiempo, y ante el desdén aparente del Marqués, el ruido que se formaba alrededor de la figura del ovetense fue desvaneciéndose, mitad por aburrimiento, mitad por lógica asunción de que su fútbol apenas tenía cabida dentro del que desarrolla 'La Roja', como el propio Del Bosque llegó a apuntar.

Una idea asumida

--> Un servidor consideraba este argumento sólido e irrebatible, por mucho que Michu elevara a los altares de la competición europea al Swansea en su primera aventura en la liga más competitiva del mundo y asombrara a los fieles del Liberty Stadium cada quince días. Me había acostumbrado a disfrutar del 'box to box' del ex del Rayo únicamente con la camiseta de los 'swans', esperando un traspaso que posiblemente se dé la próxima temporada.

Sin embargo, llamó mucho la atención la voluntad de los gestores de la RFEF de convocar a Diego Costa por adelantado (sin estar aún preparado todo el papeleo requerido por la FIFA).

--> Estos órdagos son poco comunes en el mundo del fútbol, e impactan mucho más si no cuadran con la filosofía imperante. La esencia de la Selección española a duras penas cuaja con la del volcánico delantero del Atlético, ni por condiciones físicas ni por naturaleza táctica. Sin embargo, ahí quedaba la jugada. España esperará a que la CBF dé su beneplácito (que estaría en su legítimo derecho de no hacerlo, aunque ya ha apuntado lo contrario) para contar con una baza contracultural, alejada de lo que ha supuesto el ciclo ganador de los últimos cinco años.

Ahora que Diego Costa va a ser internacional español (otro debate es el hecho de que ya haya jugado con Brasil, lo que demuestra que también tuvo intención de ser 'canarinho'), parece que el estilo no lo es todo en la preparación para el Mundial 2014.

 --> En un único verano, el estilo ha sido modificado en mayor o menor grado en el Real Madrid, en el Barcelona, en el Inter, en la Roma en el Arsenal y hasta en el todopoderoso Bayern, ¿por qué no en la campeona del mundo? Esto abría la puerta a jugadores que hasta ahora la habían tenido cerrada por sistema, como es el caso de Miguel Pérez Cuesta, 'Michu' en el mundo del césped y el balón.

La coartada la terminó de dar la lesión de David Villa, que se perderá los partidos de las próximas semanas ante Bielorrusia y Georgia. Estos partidos, futbolísticamente hablando, no aportarán nada a la historia del deporte al tratarse de dos rivales sin fuste alguno, pero han ganado en interés con la primera presencia de Michu, quien, de rebote, se convierte en un competidor feroz para el propio Diego Costa por hacerse un hueco de aquí al verano y poder disputar el Mundial.

La pasada Copa Confederaciones comenzó a mostrar signos de aburguesamiento en la Selección española, sin recambios claros para las vacas sagradas, a quienes el DNI empieza a recordar que el ciclo está más cerca de su final que de aquel inicio dorado de 2008. La generación liderada por Xavi, Villa y Casillas empieza a notar lo largas que se hacen las temporadas y, aunque parezca lo contrario, la savia nueva no tiene por qué ser clónica a la anterior.

A Koke nadie le debería pedir que se girara sobre sí mismo como lo hace Xavi, ni falta que hace; igual que Iñigo Martínez no tiene la necesidad de ser Carles Puyol. Michu, evidentemente, no es Torres, ni Villa, ni Negredo; y Alberto Moreno tiene más polivalencia defensiva en un momento dado que Jordi Alba. No es necesario cambiar un cromo por otro. Se trata, simplemente, de evolucionar, más aún cuando Brasil ha demostrado que a la generación de la posesión infinita le había cogido el truco, empezando por el himno y terminando en el descuento de aquella oscura noche española en Maracaná.  

Escribe para 'El Chut': Agustín Galán, periodista de Eurosport España
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