"" Fernando Roig, la vida en amarillo ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

13 junio 2013

Fernando Roig, la vida en amarillo

--> La máxima periodística debe ser alcanzar la objetividad. Hacerlo desde el rigor y una implacable persecución de la verdad a través de los datos. Pero, irremediablemente y por aquello del libre albedrío del ser humano, también es inevitable pecar de subjetividad a cada paso. En cualquier caso, y como en este punto se trata de mezclar ambas, reconoceré que tengo cierta debilidad por los éxitos que consigue el Villarreal, el más reciente su regreso a Primera.

Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara).

Fernando Roig celebra el último ascenso del Villarreal a Primera División.

     Cuando comencé a trabajar en Valencia, a medias entre el diario Marca y la agencia EFE, hubo dos eventos que marcaron mi llegada al trabajo periodístico aquí. El primero fue la victoria 6-0 del Valencia sobre el Real Madrid, rebautizado aquella noche como “San Marino” por los aficionados valencianistas porque estaba reciente un partido de la selección en Mestalla.

     El segundo fue el ascenso del Villarreal a Primera, el que era el segundo de su historia y tras quedar tercero por detrás de Osasuna y Las Palmas. El Madrigal, aún sin remodelar, fue una fiesta. Los villarrealenses habían saboreado ya una temporada con los de arriba y estar abajo se les hizo un mundo. Fue un día de emociones difícilmente explicables, sobre todo porque nada me había unido a esa pequeña ciudad, su gente y su equipo antes.

     Lo único que aquel día les salió mal fue la cena de celebración, de la que salieron intoxicados casi todos al día siguiente. Una anécdota, pero fue como una premonición. Nunca volvería a pasar nada similar.
     Porque cuando Fernando Roig acomete un proyecto lo hace con la intención de ser el mejor. No le valen las medianías. No valora si lo hace con un equipo asentado de una ciudad grande o en una entidad pequeña de una ciudad pequeña.

Los empeños de Fernando Roig

     Junto a su hermano Juan se empeñó en hacer del Valencia Basket un equipo campeón. Lo convirtieron en el Pamesa, luego en campeón de Copa del Rey, luego en finalista de la Saporta, más tarde en equipo de Euroliga y finalista de la Liga ACB y finalmente en campeón de competición europea… Pero su verdadero desafío lo encontró en Villarreal.

     Poco más de 40.000 habitantes, un club sin estructura de base y con una afición escasa, máxime ante la cercanía de dos grandes equipos del fútbol español como el Castellón y el Valencia. Lo hubiera tenido mucho más fácil en cualquiera de ellos, pero la cercanía de su empresa a las gentes de Villarreal y la visión de tener un club casi ‘virgen’ con el que trabajar a su manera le llevaron a erigirse en capitán del ‘submarí groguet’.

     Supo rodearse tanto de gente trabajadora conocedora del club y la ciudad como de otra conocedora del fútbol y su universalidad. Cuando la situación económica se lo permitió fue capaz de fichar futbolistas incapaces de situar Villarreal en el mapa y que antepusieron un proyecto en el que muchos no creían por otros de grandes clubes asentados. De Argentina llegaron Palermo, Cagna, Arruabarrena, Riquelme… De Uruguay, Godín… De Brasil, Marcos Senna… De Francia, Robert Pirés… De Italia, Rossi… Pero, a todos ellos, Fernando Roig (bien asesorado) supo poner el contrapunto de la tierra, ese que da sentido a los que son del pueblo de toda la vida.

Apuesta por la cantera

     Porque en sus primeros años ahí estuvieron César Arzo y Héctor Font, más un asturiano ‘asimilado’ como Santi Cazorla, luego Bruno y unos cuantos más. Porque eso dio identidad a la gente y al Villarreal una idea cuando la economía comenzó a caer. Fernando Roig entendió antes que la mayoría que las vacas gordas del fútbol comenzaban a flaquear y cambió de estrategia. Cambió la chequera por la construcción de una gran ciudad deportiva y una estructura sólida de fútbol base, de cantera. El futuro.

     Y el futuro le ha recompensado nuevamente. En el partido del ascenso ante el Almería, jugaron hasta siete jugadores formados antes o después en esa ciudad deportiva del Villarreal. Y, respecto al sentimiento de identidad con el club, durante los últimos partidos de la Liga, se acercaron a apoyar y festejar por el Madrigal desde Manuel Pellegrini a Diego López, pasando por el respaldo constante en las redes de los emigrados Santi Cazorla o Giusseppe Rossi.

     Estoy convencido de que el Villarreal ha vuelto para quedarse. Y que tras quedarse, lo hará para crecer y volver a asentarse arriba. Volver a ser subcampeón de Liga o tener una final de Champions al alcance dependerá de muchas otras variantes. La primera, el reparto equitativo de los derechos de televisión, gran campo de batalla de Fenando Roig en los últimos años y donde no ha encontrado la alianza y apoyo de muchos clubes que se han vendido por cuatro perras. El submarino ha vuelto a la superficie, ya no necesita el periscopio.


Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)

Pinche aquí para consultar otros artículos de Jorge Segura.


Comparte este artículo:

0 comentarios:

Publicar un comentario