"" Desmitificando el mito sobre Neymar ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

14 junio 2013

Desmitificando el mito sobre Neymar

--> Neymar está en boca de todos, y más ahora, tras su (por fin) fichaje por el Fútbol Club Barcelona. Tras años siguiéndolo, cada uno de nosotros puede hablar de ese espigado y frágil (sólo pesa 64 kg) delantero brasileño, e intentar adivinar sus cualidades, citarlas una a una, y por qué no, presumir de haber visto sus mejores jugadas o goles. Pero no debemos olvidar que la mayoría sólo vemos los “highlights”. ¿Es eso suficiente para juzgar a un jugador? ¿Clasificarlo como regateador, chupón, egoísta y hasta burlón? El “difama que algo queda” llega a todo su esplendor con este futbolista, pero… ¿Quién, y sobre todo, qué es realmente Neymar?

Un artículo de Diego García (@quincevidas).

Neymar, con la camiseta del Santos, frente a Víctor Valdés y Éric Abidal. Foto: Globalite.

     A pocos se les escapa que Neymar es la joya de fútbol mundial. Que por él pasan las esperanzas de todo Brasil para el Mundial que la canarinha organizará en 2014. Se espera que él sea el líder, el que no sólo puede sino debe tirar del carro. Y se le exige porque de todos es sabido que puede. También tiene compañeros que son buenos peloteros, claro está. Los Lucas Moura, Hulk, Óscar… Son jugadores con calidad, y dentro de lo que cabe sacrificados por el juego colectivo. Pero el Mundial es la prueba de fuego para el de Mogi das Cruzes.
     Si Brasil decepciona, será Neymar el principal culpable. Los jugadores deben comprender que jamás se les exigirá algo por encima de sus posibilidades.

Las condiciones de Neymar

     Neymar posee un cuerpo prodigioso para el balompié. Su 1,75 engaña, y ya no digamos sus 64 kg. Parece tener poco equilibrio, ser fácil de derribar o no resistir al contacto, pero nada más lejos de la realidad… “Ney” es de esos pocos jugadores que saben cómo colocar el cuerpo para que nadie los tire, que sea muy complicado arrebatarles el balón sin ser en falta. Por lo tanto, un activo vital para cualquier equipo. En un partido, sea el que sea, uno siempre necesita tener un jugador que aguante el balón, que no lo pierda… Y que como mínimo saque una falta a favor. Y en el caso de Brasil, o del Barça, lugares donde la presión y la exigencia son impresionantes, mucho más. Esto no lo tendrá que aprender en su nueva andadura… Es brasileño, ya saben: si aquí uno nace con una barra de pan bajo el brazo (aunque cada vez es más utópica esta frase), en Brasil, cada niño nace con un balón, y regateando.

     Los que hace meses, cuando “era” jugador del Madrid, decían de él que destacaba por su verticalidad y su desborde hoy alegan que es un chupón y un egoísta. Cabe apuntar que esto ocurre igual a la inversa, cuando un jugador que interesa al Barça acaba en el Madrid. Pero Neymar no es un chupón. Una de sus jugadas favoritas es el “toco y me voy”. Amigo de las paredes, con Iniesta, Xavi o Messi se puede hartar a hacerlas. Sí es cierto que en Brasil jugaba como en el patio de su casa, que la liga le quedaba pequeña, que prácticamente burlaba sin esfuerzo a los defensas… Pero sería extraño que en España (y Europa) intente driblar a cuatro o cinco jugadores cada vez que coja el balón. Extraño y contraproducente. Un jugador de su nivel, con sus cualidades, no se debe limitar a regatear a diestro y siniestro, sino que debe aprender a elegir cuándo debe regatear y cuándo pasar. En él ha de prevalecer aún más esa máxima que dice:
“Regatear siempre es un recurso, no un vicio”.
     De cara a portería no es un goleador al uso, ni un nueve nato. Lejos de ser Falcao, Cavani o anteriormente Ronaldo o Romario, sí es un jugador con unas cifras bastante óptimas. Promediando poco más de medio gol por partido, consiguió 70 en su etapa como jugador del Santos. A esto hay que sumar su participación directa en 40 goles más, lo cual muestra su faceta como asistente. Pegado a la banda, es habitual ver cómo traza la diagonal, arrastra adversarios liberando a compañeros, a los cuales cede el balón con todo el trabajo hecho. Queda la siempre difícil tarea de meter el balón en la portería, pero cuando sólo tienes al portero delante resulta algo más fácil.

Neymar en el Barça

     Por lo tanto, es sencillo adivinar que Neymar formará tripleta atacante junto a Messi y quizás Pedro o Alexis. El brasileño partirá desde la banda izquierda, lo cual favorecerá sus diagonales, que sumadas a su visión de juego le permitirán buscar compañeros con los que asociarse. Si Jordi Alba tenía una perita en dulce con Iniesta, Neymar encajará a la perfección en la ecuación. El billete de la felicidad culé pasa por volcar el juego a la izquierda. Si con Guardiola destacaba el triángulo Alves-Xavi-Messi, con Tito el carril fuerte habrá de ser el opuesto. Todo esto servirá para liberar a Xavi de unas exigencias físicas a las que probablemente ya no llegue, y a Messi de combatir él solo contra dos o tres marcadores.

     Ya no es el Barça de Messi. No es que lo sea de Neymar, pero sí es cierto que ahora los rivales tendrán otro objetivo que fijar. Si antes se podían permitir el lujo de destinar a varios jugadores para cubrir al argentino, ahora no podrán. Si lo hacen, el suicidio está asegurado.

     Aunque todo esto son conjeturas, cabe esperar una fácil adaptación al juego culé. El balón siempre como medio de supervivencia, el ser incisivos en el ataque, protagonistas en el juego y con un estilo alegre favorecerá a ambos. El matrimonio será total si encaja con Messi tanto como sus palabras hacia el astro culé. La nueva era comienza. Que tiemblen los rivales, Messi ya no está solo. Está con el mejor compañero posible, si todo encaja como debe encajar.


Escribe para 'El Chut': Diego García (@quincevidas)

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