--> Es la ley del fútbol. En toda final, si uno llora de alegría, o de felicidad, el otro lo hace de lástima o tristeza. Es la realidad, son los vencedores o los vencidos. En la última jornada de la Liga se jugaron cuatro finales para evitar el descenso. Tres equipos bajan al infierno de la Segunda División, con lo que ello conlleva a nivel económico, de prestigio y sobre todo social. Deportivo, Mallorca y Zaragoza tendrán que ver a los mejores por televisión al menos durante una temporada. El Celta, que certificó la permanencia, se suma a equipos como Osasuna, Granada o Athletic, cuya continuidad en la máxima categoría quedó certificada hace hace pocas jornadas.
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El Celta creyó hasta el último instante en la salvación. Foto: Real Club Celta de Vigo. |
El Celta, con las apuestas a favor
Las apuestas daban una ligera ventaja a los de Vigo. Necesitaban ganar
sí o sí, y se enfrentaban a un equipo que no se jugaba absolutamente nada. A su
favor estaba el partido entre el Deportivo y la Real Sociedad. Los vascos,
sabiendo que el Sevilla iba ganando al Valencia, debían dar el todo por el todo
para jugar la Champions, lo que perjudicaba al club de Coruña. Es cierto que
los blanquiazules empezaban la jornada fuera del descenso, tan cierto como que
acaban la liga penúltimos. Vázquez no pudo hacer más. Cogió un
equipo muerto y consiguió que se levantase, caminase y hasta soñase. Murió en
la orilla, como el Zaragoza, inmerso en una crisis institucional inmensa, cuyo
descenso tristemente debería servir para hacer borrón y cuenta nueva. Limpieza,
y no sólo de vestuario. Tampoco pudo salvarse el Mallorca, que hace muchas jornadas tenía los dos
pies en Segunda, y sin embargo llegó con opciones (escasas, eso sí) a la última. Ganó su
partido, pero de poco le valió.
En Vigo la fiesta es máxima. Un cambio de entrenador a mediados de
temporada hacía presagiar lo peor. El equipo no ganaba, y ni
siquiera conseguía el consuelo de los perdedores, el de jugar bien. El refrán
que dice “eran pocos y parió la abuela” se hizo realidad con la expulsión,
absurda, estúpida o infantil de Aspas contra el Deportivo. Sin él, la
permanencia era una quimera. Además, las lesiones de Bermejo y Javi Varas
supusieron un mazazo. Pero la baja de éste último permitió la actuación de
Rubén Blanco, portero con un futuro brillante y un presente no menos
halagador.
Si contra el Alavés el héroe fue Iago, en estos dos últimos partidos fue Rubén quién se llevó todos los méritos. Gracias a él y a Aspas, que apareció en el momento necesario para dar el gol de la permanencia, el Celta duerme sabiendo que el año que viene Neymar, Messi, Cristiano y Casillas jugarán en Vigo. Enhorabuena a los gallegos.
Los demás salvados
Finalmente, Osasuna, Granada y Athletic sufrieron casi hasta el último día. Los vascos, a pesar de perder a su principal
estrella, tenían equipo para mucho más. Bielsa asegura sentirse más unido al
grupo de este año que al del pasado. Cierto es que ante la adversidad se
mostraron fuertes, pero dudo que en Bilbao la sensación sea de felicidad. Sí de
alivio, aunque jamás sintieron real el peligro de la Segunda. Osasuna y Granada
sí coquetearon con los puestos calientes de la tabla durante varias jornadas.
Abonados al sufrimiento constante, sacaron fuerzas de donde no habían para
lograr la permanencia. Año intenso para ambos conjuntos, que al final cumplieron con su
objetivo. No se les podía exigir más. Felicitaciones también a ellos.
Para terminar, que la Liga es bipolar lo saben todos. Antes de empezar
cada campeonato uno intuye que Madrid o Barcelona ganarán. Pero aburrida, no. Que pregunten a los aficionados de la Real Sociedad, que meritoriamente jugará
la Champions la próxima temporada, o a los celtistas, deportivistas,
mallorquinistas o zaragocistas. Unos lloran de felicidad, otros muchos de
tristeza. Pero todos estuvieron hasta el último momento animando a sus equipos.
Ni crisis, ni leches. Aparcaron sus problemas por el beneficio de su equipo. El
fútbol es de la gente, y hoy se celebra más en Vigo evitar un descenso que
en Barcelona el campeonato liguero.
P.D: Dar todo nuestro ánimo a los equipos descendidos. Hoy están un paso más cerca de volver a Primera. Y que no olviden que, tarde o temprano, el fútbol siempre es justo y los devolverá a su lugar. Acaba una temporada, empezará otra.
Escribe para 'El Chut': Diego García (@quincevidas)
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