El cachorro en Baviera

--> Uno de los nuevos ricos (me niego a no declararlo así cuando ficha a golpe de cláusula de rescisión) decidió gastarse a finales del verano pasado nada más y nada menos que cuarenta millones de euros en un solo jugador. A priori, ese precio “prohibitivo” se gasta en jugadores de ataque, léase Neymar, Gözte, Agüero, Ibrahimovic… Pero no. El Bayern de Múnich, ganador de la Champions League 12/13, pagó a golpe de talonario esa cantidad por un medio centro, o pivote. O un todocampista. Hablamos, claro está, de Javi Martínez. Que tiemblen los Xabi Alonso, Busquets, Xavi… Una locomotora a toda velocidad amenaza con aplastarlos. Busca su hueco. Todo parece indicar que lo encontrará.

Un artículo de Diego García (@quincevidas).
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Javi Martínez, recopilando trofeos en su primera temporada en el Bayern de Múnich. Foto: Javi Martínez.

Clave en la final de Champions

     Corría el minuto veinte de la final contra el Dortmund y el dominio amarillo era apabullante. Fue ahí cuando surgió la imponente figura del centrocampista español. Si ya de por sí, con su 1’90, su presencia se hace notar, cuando cabalga tanto para delante como para atrás parece una apisonadora. Como si se llevara todo por delante, consiguió él solito darle la vuelta a la tortilla y logró que su equipo comenzase a dominar. A partir de ahí, los Robben (horrorosa final, pero su gol lo dejará siempre como el héroe de Wembley), Ribéry o Müller, entre otros, comenzaron a jugar. Pero todo empezó con Javi.

     Cuando los mejores jugadores del rival, los Reus o Gündoğan, apenas se hacen notar, quiere decir que el trabajo del centro del campo del equipo es brutal. Ahí fue cuando el Bayern empezó a ganar la final. Allí, en Londres, fue cuando Martínez demostró por qué costó cuarenta millones. Él solito cambió la final. Y demostró que no sólo uno puede influir en el juego si es delantero o extremo, sino que puedes cambiarlo jugando en medio campo. Quizás suene exagerado decir que Javi le dio una Champions al Bayern, pero no menos injusto es quitarle un gran porcentaje de culpa.

¿Y ahora qué?

     Por fin titular en Múnich, parece que en España, en la selección, todavía debe hacerse un hueco. No se antoja muy complicado que su oportunidad llegue este verano. Tras haber tenido un papel cuanto menos testimonial en los dos últimos torneos, la Confederaciones debe ser el premio a su brillante temporada. La titularidad parece asegurada, y más teniendo en cuenta que tanto Busquets como  Xabi Alonso arrastran problemas, que Iniesta no está en su mejor momento, que Xavi inicia su declive…

     El de Estella se ganó a pulso su sitio. ¿De quién prescindirá el bueno de Del Bosque? La lotería se jugará en la prensa, los diarios deportivos tendrán aquí una excusa para llenar páginas, y que a nadie se le extrañe que si vienen mal dadas, aunque sea sólo en el primer partido, la titularidad del reciente campeón de Europa se ponga en duda. Pero en la duda también se comprobará si la fe del salmantino es tan grande en él que, aun ante las adversidades, siga al frente. No hay un jugador en el medio campo que llegue más en forma. Por eso, por meritocracia, debe jugar el vasco.

Escribe para 'El Chut': Diego García (@quincevidas)
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