--> Puede sorprender el titular que encabeza estas líneas, pero es lo que percibí al comprobar el lenguaje corporal (con frecuencia recurrimos a esta idea en las transmisiones para interpretar la predisposición de un jugador en una fase concreta del partido) de Rafa Nadal cuando confirmó a los compañeros de Teledeporte que no estaría en el torneo de Miami. Ahora que era el foco de atención debía renunciar a jugar en Cayo Vizcaíno, donde iba a competir la mayoría de sus compañeros de profesión.
Rafa Nadal, en Australia. |
En ese momento acababa de llevarse una de las
grandes alegrías de su carrera, de asombrar al mundo del tenis y del deporte,
de quedarse en solitario como líder de los Masters 1000 (22 títulos), de
recuperar el número 4 ATP, de conseguir su victoria número 600, pero el manacorense
no iba a jugar en Miami. Se encontraba como el niño que acaba de seducir a sus
nuevos amigos en una fiesta y cuando más feliz estaba sus padres le recordaban
que era la hora de volver a casa, que había disfrutado mucho de la celebración,
pero tocaba descansar para que en un futuro cercano llegaran días todavía más
felices. Así debió sentirse el obediente y maduro Nadal que aceptó de buen
grado los consejos médicos para proteger su rodilla.
Al ganar Indian Wells, Nadal rompe una racha de 7 finales seguidas perdidas fuera de la tierra.
No deben estar muy felices los organizadores
del torneo de Miami, del que se llegó a hablar como el quinto Grand Slam por
las ausencias de Nadal y Federer, pero esa es otra historia. Volviendo al
título de esta reflexión, el español no sentirá que realmente ha vuelto por
completo al circuito hasta que no enlace su camino competitivo en la tierra
batida europea. Aunque la renuncia a campeonatos será una constante en la
recién iniciada segunda mitad de su carrera profesional, cuesta asimilar que se hace a mitad de una gira y después de
levantar un trofeo.
Desde Roland Garros 06 (Federer), Nadal no ganaba una final tras perder el primer set.
Si la rodilla del heptacampeón de Roland
Garros lo permite, con su baja en el siguiente torneo se cierra una etapa de
incertidumbre, que le ha acompañado desde su derrota con Lukas Rosol en
Wimbledon. Recordemos, la gravedad de la lesión, los retrasos continuados en el
retorno al circuito, las especulaciones sobre sus siguientes torneos. Se
contaba con que desde Hispanoamérica regresaría a casa, pero ha ido a Indian
Wells y cuando casi todos daban por hecho que saltaría de costa a costa a
Miami, confirma que es ahora cuando vuelve a su hogar.
Es la primera vez en su carrera que Nadal ha ganado 17 de sus primeros 18 partidos en un año.
A partir de aquí la hoja de ruta de Nadal está
clara, felicidad por el nivel recuperado, descanso, y trabajo con la mente
puesta en tierra, tierra y más tierra con retos importantes por lograr como
convertirse en el primer jugador de toda la historia que gana 8 veces un torneo
de Grand Slam. Aunque ya en la segunda quincena de abril se “puede entretener”
buscando ser también el primero de siempre que levanta nueve veces (además
serían seguidas) un mismo campeonato en Montecarlo.
No ha vuelto, pero casi, casi, sí.
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Fernando Gómez es periodista, abogado y Máster en Derechos Fundamentales.
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