--> Adil Rami es uno de esos tipos que me caen bien. Jamás he mantenido con él una conversación, nada de un café, menos aún una comida acompañada de sobremesa distendida y extensa. Pero me cae bien. Le observo, le escucho y casi siempre acabo con una sonrisa. Su espontáneo “de puta madre” con el que acompaña casi cada frase le da un toque peculiar, coloquial, cercano a la gente. Le descubrí bailando como Michael Jackson y disfrazado de mascota en las celebraciones de la Liga que ganó con el Lille, el día de su despedida antes de fichar por el Valencia. Bueno, realmente, ya estaba fichado desde el mes de enero pues acababa contrato con los franceses. Seguramente mi admiración por el desaparecido ‘Rey del Pop’ ya me predispusio positivamente hacia Rami.
Un artículo de Jorge Segura (@Jseguraclara).Seguir a @jseguraclara
Adil Rami, con la camiseta del Valencia C.F. |
El único problema radica en que luego lo conocí como futbolista. No
sólo al que sale al campo y juega sino también al que debe serlo fuera. Y ahí
es donde Rami ya no ‘baila’ tan bien. Adil tiene todas las condiciones físicas
posibles para ser un excelente futbolista. Su corpulencia, su altura, la
velocidad y la explosividad son de un nivel altísimo, perfectas para jugar en
la posición de central. Pero es que, además, tiene un golpeo de balón
sensacional y una intuición innata para buscar la mejor opción en ataque en las
jugadas a balón parado. Todo a la vez le darían la opción incluso de,
trabajando un poco, llegar a ser un centrocampista interesante. Ya digo,
trabajando un poco.
El fútbol, maldito trabajo
Aquí es donde el muro ya se hace infranqueable, incluso para un tipo
con su capacidad de salto. Rami aseguró sin rubor un dia en sala de Prensa que
a él “no le gusta el fútbol”. Eso no me sorprendió. Son legión los futbolistas
a los que no les gusta su profesión. Es así. Como hay tantos otros ciudadanos
que trabajan en lo que no les compensa. Simplemente lo hacen para conseguir el
fin económico que les permita vivir mejor, o simplemente sobrevivir. Rami es de
los primeros.
Ser futbolista le ha dado mucho dinero, mucho tiempo libre, mucha fama…
y eso le da para vivir felizmente. Poco trabajo, mucha recompensa. ¿Qué más se
puede pedir? Desde luego no seré yo quien critique una finalidad vital como
esa. Ahora bien, me parece evidente que la contraprestación profesional son
unas consecuencias que, en los últimos meses, le ha llevado a no pintar un
pimiento en el Valencia.
Con el mejor entrenador que ha tenido el equipo seguramente desde Rafa Benítez, Rami ha pasado a indiscutible suplente. Valverde quería jugadores con cualidades (ahí Adil es indiscutible) y jugadores que entendieran el juego (ahí Adil no entra).
Rami vs Ayala vs Mathieu
En los primeros partidos cuando llegó al Valencia, Rami destacó y para muchos se convirtió en referente. Los más atrevidos comenzaron a compararlo con Fabián Ayala. Seguramente porque ni uno de ellos conocían la pasión del ‘Ratón’ por su profesión. Ayala no sólo tenía cualidades sino que las potenciaba en cada entrenamiento. Y sus defectos, los trabajaba constantemente para limarlos. Aprendió de todos los compañeros que tuvo y que destacaban en su posición y a los que no tenía al lado los seguía a través de televisión. A Rami todo eso no le gusta.Por ello, tras un gol de cabeza aquí, una chilena allá… Rami (para los que querían ver además de mirar) comenzó a demostrar graves carencias de posicionamiento. Perdía la posición con facilidad, salía a cortar balones donde no debía y no cortaba, fallos infantiles de marcaje, errores del concepto de juego defensivo que enseñan en cualquier club de fútbol desde la categoría cadete… Aun así, Rami no perdió el sitio. Pero apareció Mathieu.
Tuvo que ser un francés quien le sentara, justamente, en el banquillo.
Mathieu es todo lo contrario personalmente a Rami. Tipo seco, poco hablador,
nada gracioso desde que llegó. Algunos lo han calificado de autista. Pero a
Mathieu sí le interesa el juego. Tanto que ha mejorado sus cualidades y poco a
poco va puliendo defectos. Así Unai lo utilizó de lateral y de extremo
izquierdo, mientras que Valverde lo descubrió y definió como central. Ahí es
donde ha explotado y donde él quiere jugar.
Rami y Mathieu. Dos filosofías distintas de vida. Dos profesionales
distintos. Si tengo que irme a comer con uno no tengo dudas que lo haría con
Rami. Pero aquí no se trata de comer, se trata de jugar al fútbol.
Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)
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Magnífico artículo, Jorge.
ResponderEliminarAunque creí que me ibas a defender abiertamente a Mathieu como central para un grande. Y que entonces yo te tendría que replicar... ;-)
y nos kieren traer a este pakete al barça rosell y los suyos...
ResponderEliminarme referia a rami aunque vamos mathieu es otro pakete de cuidao.
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