--> Tiene sólo 27 años y parecía acabado hace unos meses, cuando sus rodillas lo obligaron a parar durante demasiado tiempo. Los descreídos lo habían enterrado: su tenis era demasiado físico, decían; no podría aguantar ese ritmo durante muchos años, afirmaban; no le llegaba el talento para competir con Federer, con Djokovic, con Murray, con jugadores más elegantes y menos esforzados, ladraban. Pamplinas. Rafael Nadal Parera posee un mérito tenístico insospechado y casi incalificable: es capaz de reinventarse a sí mismo después de cada contratiempo, de modificar elementos básicos de su tenis para evolucionar como jugador. Y así se marca objetivos cada vez más ambiciosos, y trabaja hasta la extenuación por conseguirlos. No sólo no estaba acabado: Rafa Nadal entrenaba para regresar con su mejor versión. Y lo ha conseguido: Rafa está de vuelta en modo superhéroe.
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Rafa Nadal. Foto: iShot71. |
Nadal ha conseguido su segundo US Open, su decimotercer torneo grande y su enésima victoria moral contra un número uno del mundo en plena efervescencia como Novak Djokovic. Entró más enchufado en la final, soportó el vendaval de los momentos de brillantez del serbio (intratable en su versión equivalente, la de tenista de videjuego) y apretó los dientes como de costumbre en los puntos decisivos (para mantener su saque en el tercer juego del tercer set, con 2-0 abajo y un segundo break en contra en perspectiva; para remontar un 0-40 en el noveno juego de esa manga, con 4-4 y el partido cuesta arriba). Y nunca desfalleció. Y machacó a Nole en los dos últimos parciales. Y dejó claro que más pronto que tarde recuperará el número uno de la ATP.
Porque Djokovic se mostró intratable durante un puñado de juegos: desquició el servicio de Nadal en cuanto éste bajó, en la segunda mitad del segundo set, y sacó a porrazos al español de la pista hasta el ecuador de la tercera manga. Pero después entró en un valle, no pudo mantener la inspiración. Nole había gastado demasiado pronto hasta la última gota de la poción mágica. Y ya no se sintió con fuerzas para pelearlo.
Rafa Nadal rechazó el vuelo chárter que la Federación Española de Tenis pretendía fletar para él. "Cómo vamos a pedirle ese gasto al Estado en este momento", se limitó a explicar. Es un deportista extraterrestre, pero nacido en Manacor. Un superhéroe sin parangón.
Y representa mejor que nadie a los españoles de bien.
Fue un partido memorable hasta que Rafa se adueñó de él, con rallys sobresalientes de más de 50 golpes, con intercambios brutales en intensidad, devastadores en lo físico y extasiantes para el espectador.Se impuso Nadal por tensión, por ser capaz de mantener su modo superhéroe durante más tiempo del que Novak pasa en modo videjuego, por pulsar el botón adecuado en el mando a distancia justo cuando esa fuerza especial más se precisa, en los puntos clave, donde Rafa siempre ha sido más competitivo que el resto.
Porque Djokovic se mostró intratable durante un puñado de juegos: desquició el servicio de Nadal en cuanto éste bajó, en la segunda mitad del segundo set, y sacó a porrazos al español de la pista hasta el ecuador de la tercera manga. Pero después entró en un valle, no pudo mantener la inspiración. Nole había gastado demasiado pronto hasta la última gota de la poción mágica. Y ya no se sintió con fuerzas para pelearlo.
Rafa Nadal rechazó el vuelo chárter que la Federación Española de Tenis pretendía fletar para él. "Cómo vamos a pedirle ese gasto al Estado en este momento", se limitó a explicar. Es un deportista extraterrestre, pero nacido en Manacor. Un superhéroe sin parangón.
Y representa mejor que nadie a los españoles de bien.
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