"" Sergio Busquets, el pulpo con ojos de pez ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

21 marzo 2013

Sergio Busquets, el pulpo con ojos de pez

--> En el mundo del deporte, los apodos suelen ser gratuitos, burdos y simplistas, referidos a una cualidad evidente del deportista, exagerada ésta por encima de todas las demás y elevada a la categoría de definitoria en sí misma, sin necesidad de mayor reflexión. Sergio Busquets es el pulpo, dicen, por su habilidad para robar la pelota, como si poseyera ocho piernas. Sin embargo, Busquets es pulpo también por su timidez, por su inteligencia, por su aprendizaje creciente, por su capacidad de mímesis, por el sigilo natural de su desempeño en el campo.


Sergio Busquets, el pulpo de Badia.

--> El animal: Si usted cree, querido lector, que los animales son simples bichos instintivos, que la inteligencia es exclusiva del ser humano, que ningún pulpo, o león, o tortuga, o atún aprendió jamás ningún comportamiento ajeno a su supervivencia, si es usted tan necio para sostener semejante argumento, cierre esta página inmediatamente. Y no regrese. Y olvídese de nosotros. Los pulpos, por ejemplo, abren botellas y latas. Y se alimentan con su contenido. Y quizá se pregunten por qué esos objetos están en el fondo del mar, por qué es tan asqueroso el ser humano, por qué ensucia y maltrata el planeta que habita.

--> El futbolista: Los pulpos se mimetizan con el entorno. Se esconden por timidez y sólo muestran sus habilidades, su inteligencia sin par, cuando ganan confianza. Los pulpos se conducen en silencio. Procuran pasar inadvertidos. Y manejan el medio de ese modo. Como Sergio Busquets. Como ese jugador tímido hasta en su propio lenguaje corporal, encogido, desgarbado.
Tan distinto de la egolatría de las grandes estrellas del deporte. Tan él. Con su mirada siempre al suelo. Con ese escaso hilo de voz frente al micrófono.
--> Los orígenes : Sergio Busquets era el hijo de Carlos, aquel guardameta algo estrafalario que nunca terminó de convencer al Camp Nou. Era también un chico de apariencia frágil, de fútbol sencillo y escasas pretensiones. Cuando Pep Guardiola se hizo cargo del filial blaugrana, Busquets jugaba como interior. Cuando debutó en Primera División, lo hizo en esa posición, la de Iniesta, la de Xavi, si acaso la de Keita.
Parecía imposible que fuera a arrebatar el puesto al mejor mediocentro físico del mundo, un tal Yaya Touré. Pero Sergio Busquets lo hizo: pasó de no jugar demasiado en Tercera División a convertirse en el '4' total.
 --> El ojo de pez: Los pulpos tienen tres corazones, ocho extremidades, un sifón, un ingenioso mecanismo de defensa con tinta, mucho cerebro y un carácter prudente que les resulta muy útil a la hora de escapar de los peligros. Pero carecen de ojos de pez. Ojos tienen, desde luego, pero no con visión panorámica. Busquets es un pulpo, sí, pero un pulpo con ojos de pez.

 --> La cámara panorámica: Pese a su evidente lentitud, pese a su zancada poco ortodoxa, pese a su natural lacio, no muy vigoroso, Busquets es el mejor defensor posible para el mejor equipo del mundo.  Y no desentona como atacante, magnífico día tras día en el juego a dos toques. Ocupa todo el espacio porque ningún rincón escapa a su vigilancia. Y economiza los esfuerzos. Y se mueve con precisión exquisita. Siempre llega, siempre está. Sergio Busquets exige de los realizadores televisivos la incorporación de una nueva cámara: la cámara panorámica.
Si la cámara panorámica existiera, si fuera posible observar los desplazamientos sin balón de todos los futbolistas, Busquets ganaría un Balón de Oro. Al menos un Balón de Oro Panorámico.
 --> Pep y Del Bosque: Pep Guardiola, el mismo entrenador que muchas veces lo había sentado en el banquillo en la Tercera División, apostó por Sergio Busquets en su primera experiencia en el Barça grande, el de verdad. La selección española de Luis Aragonés acababa de ganar la Eurocopa sin el Pulpo de Badia. Poco después, el nuevo seleccionador, Vicente Del Bosque, decidió que aquel chico desgarbado sería el pivote indiscutible de la Roja. Busquets fue titular en el primer partido del mundial 2010, el de la injusta derrota frente a Suiza. Y fue el objeto de todas las culpas, de todas las iras. Del Bosque lo defendió. "Si volviera a ser futbolista, me gustaría parecerme siquiera a Sergio Busquets", afirmó. Y no lo quitó. Y España ganó su primer mundial. Y después otra Eurocopa. Y muchísimos partidos más. Con Sergio Busquets al corte, equilibrando el juego con su asombroso don de la ubicuidad. Y de modo silencioso. Como los pulpos.

Escribe para 'El Chut': @sergiomguti (Pinche aquí para leer más artículos de @sergiomguti)

Sergio M. Gutiérrez es periodista, politólogo y escritor.

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