A propósito de Ferguson

--> "Sir Alex Ferguson siempre será recordado por ser el hombre que presenció el debut de Pablo Aimar en Mestalla. #Respect"... El tuit de mi amigo @abelmuela fue el 'click' que necesitaba para arrancar esta serie de opiniones que, mientras quien pensó en mí no se dé cuenta del error cometido, intentarán básicamente reflexionar para haceros a vosotros opinar.

Primer artículo para 'El Chut' de Jorge Segura (En twitter: @jseguraclara).
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Alex Ferguson, pendiente del tiempo añadido en un partido del Manchester United. Foto: dullhunk

     Aquella no fue una noche cualquiera de un día cualquiera. Aquella fue una noche del 14 de febrero. El dia de San Valentín de 2001. La noche perfecta para un futbolero enamorado. No fue premeditado, no hubo predisposición. Pocas veces en el Valencia las cosas se hacen con tanta pulcritud. Miles de aficionados valencianistas habían abandonado las cenas, las flores, los arrumacos y caricias de una noche (supuestamente) poética, a cambio de un regalo mucho menos romántico pero mucho más... diré excitante.

     El club había convertido unos días antes a Pablo Aimar en el fichaje más caro de su historia. 4.200 millones de pesetas, unos 24 millones de euros actuales, finiquitados en las oficinas valencianistas con nocturnidad (el traspaso se consumó a las 02:30 de la madrugada) y alevosía (casi todos los medios escritos ya habían cerrado sus ediciones). El entonces enésimo sucesor de Maradona venía para levantar un equipo deprimido tras la derrota en la final de Champions de París y con una primera parte liguera de la temporada decepcionante.

El debut de Pablo Aimar

     Del debut de aquella noche de los enamorados, Aimar dejó un beso en forma de ruleta aquí, una muestra de su delicioso 'caño' rodado como caricia allá y una sensación, como la de una primera cita prometedora, de que vendrían otras noches de pasión mejores en el futuro.

     Pero lo que aquella noche sí acumuló Mestalla fueron los pequeños detalles futbolísticos, que conforman un universo que hace girar muchas cosas y, principalmente, mucho dinero.

     Siempre me hizo gracia esa sentencia del futbolero y del que no lo es tanto: "El futbol es sólo un deporte". ¡Ja! Hace tiempo, décadas, que el futbol es mucho más, más que nada un inmenso negocio capaz de mover en España el 1% del PIB, sin ir más lejos.

     Aquella noche, tras pagar 24 millones de euros, el Valencia llenó el estadio (algo impensable hoy dia), vendió camisetas con el nuevo número y nombre de aquel tímido chico argentino, la gente se ilusionó... Pero, lo más increíble de todo, vivió uno de los momentos más lamentables que yo he presenciado en directo en un evento deportivo. Un apaño escandaloso a los ojos de 45.000 espectadores 'in situ' y unos cuantos millones vía televisión.

     Durante 35 minutos, los jugadores de Valencia y Manchester se pasaron el balón como en un inocente rondo de entrenamiento. En el centro del campo, sin plantearse cruzar una imaginaria línea de la vergüenza ubicada, más o menos, en la medular. A unos les valía el 0-0 para clasificarse para la siguiente ronda, a otros les garantizaba el primer puesto del grupo. Fue un esperpento.

     Tan esperpéntico que los 45.000 que había en Mestalla acabaron la noche de los enamorados como tocaba: al cántico de "que se besen, que se besen".

     En un banquillo, el local, un argentino metódico, desafortunado y serio daba tristemente el visto bueno a aquel 'apaño'. En el otro, el visitante, un escocés de mofletes colorados, ya campeón de Europa y también de semblante taciturno tendía la mano al 'fiasco' deportivo. Triste pasaje de un hombre al que la Reina Isabel II convirtió en Caballero del Imperio Británico en el verano de 1999... A propósito de Ferguson.   

Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara).
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Jorge Segura es periodista.

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