--> Han tenido que pasar 18 años para que el Real Madrid y el Olympiacos vuelvan a enfrentarse en una final de la Copa de Europa de baloncesto. Será el próximo domingo a partir de las 21:00 horas en el O2 de Londres. El recuerdo de Zaragoza ’95 puede dar alas a los blancos para conquistar su noveno título continental. Hace 18 años, el Madrid se ciñó su última corona europea frente al Olympiacos. Aquella histórica noche los héroes merengues fueron el lituano Arvydas Sabonis y el estadounidense Joe Arlauckas, con Zeljko Obradovic en el banquillo. Los blancos se impusieron al conjunto griego por 73-61.
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El Real Madrid de 1995, campeón en Zaragoza. |
Casi dos décadas
después ambos equipos lucharán por ser el mejor del continente. El Olympiacos
intentará revalidar el título logrado el pasado año en Estambul, tras haberse
deshecho con rotundidad del CSKA Moscú (69-52) en semifinales. Por su parte, el
Madrid podría haber conseguido su victoria más importante de la historia frente
al Barça (74-67) este viernes.
Un Madrid coral
Si analizamos las plantillas del
Madrid de 1995 y la actual, el de ahora es mejor equipo que aquél. El de hace
18 años sólo tenía a dos estiletes ofensivos (Sabonis y Arlauckas) y el resto
jugaba para ellos. Más bien, los Antúnez, Santos, García Coll y compañía
defendían a tope y luego trataban de ayudar a que las estrellas se lucieran en
ataque. Ahora el Madrid cuenta con un bloque más completo y compacto donde
todos defienden y todos pueden tener buenos momentos de cara al aro.
Frente al Barça, en un choque muy
igualado, no han tenido su mejor noche las dos grandes estrellas blancas, Rudy
Fernández y Nikola Mirotic. Sin embargo, han emergido como dos titanes Sergio
Rodríguez (excelente sobre todo en el segundo cuarto, cuando los de Xavi
Pascual estaban más cómodos) y el incombustible capitán Felipe Reyes (sus
últimos 5 minutos aportando intensidad, rebote ofensivo, temple y acierto en
los tiros libres han sido para ponerle un monumento).
En el Madrid de 2013 los 12
jugadores del plantel se saben importantes. El Madrid de 1995 tenía los roles
mucho más restringidos y había menos lugar para la creatividad, para la
velocidad y para la alegría. De momento, Pablo Laso ya se ha tomado la revancha
de la derrota de semifinales de la Final Four de 1996 contra el Barça pero aún
le queda su obra cumbre.
Escribe para 'El Chut': Rafa García (@rafarcia03)
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