--> Acabo de ver un interesante reportaje sobre José Mourinho. Un reportaje ‘amable’. Quiero decir, para que me comprendan, un reportaje en el que no se dice ni una mala palabra del entrenador portugués. Lo que viene a ser un lavado de cara. Con un entrevistador amigo (portugués para más señas), unos jugadores amigos (sus incondicionales Materazzi y Lampard), unos aficionados amigos (los miles de fieles que dejó en Chelsea, Inter de Milan y bastantes del Real Madrid)… Pero, pese a la ausencia de crítica alguna ni la presencia de una pregunta incómoda, la emergencia del dominio mediático del propio Mourinho (lo que Guardiola denominó como “el puto amo en la sala de Prensa”) te deja algún momento reseñable.
Un artículo de Jorge Segura (@jseguraclara).Seguir a @jseguraclara
José Mourinho y Tito Vilanova, reproducidos con libertad creativa. Imagen: anpalacios. |
La imagen negativa de Mou
En un
momento de la ‘amable’ conversación que mantiene con el improvisado
‘periodista’, Mou reconoce que “odia su vida pública”. El autonombrado
‘especial’ y rebautizado como ‘único’ confiesa que le encantaría tener “un
interruptor con el que poder apagar” su imagen de hombre conocido.
La
reflexión, que interpreto como sincera por su parte, me catapulta a los
comentarios que he recibido durante los últimos tres años por parte de muchos
de sus defensores. Algunos de los más vehementes, también personajes de un
perfil público notorio, han insistido en esbozarme un dibujo de un José
Mourinho muy familiar, cariñoso, sensible… en la intimidad, que diría José
María Aznar.
A todos aquellos que han intentado ‘venderme’ ese otro Mourinho que nada tiene que ver con el “puto amo” de la sala de Prensa, el de comportamiento muchas veces histriónico, el de ego superlativo… a todos, siempre les contesté lo mismo: OS CREO.
Sinceramente
creo que pueda haber un José Mourinho tranquilo y cariñoso en la intimidad del
hogar. Creo en un José Mourinho solidario que aquellos que más lo necesitan,
normalmente niños. Creo en un José Mourinho que se preocupe por los problemas
personales de sus jugadores. LO CREO.
Pero a
continuación, mi respuesta también fue siempre la misma: ¿Y QUÉ?
El Mourinho personaje público
Que Mourinho
sea un tipo afable en la intimidad no justifica sus actitudes públicas. Es más,
si realmente su personalidad es tan elogiable en lo privado, su cara exterior
supone aún más una preocupación… una vergüenza. De ser así, Mourinho habría
sido capaz de dar la vuelta como a un calcetín al dicho “virtudes públicas,
vicios privados” de Mandeville.
Mejor o
peor, llevo casi 20 años trabajando en el mundo periodístico. En el ambito
futbolístico desde Tercera hasta un Mundial. Soy de los que ha visto casi de
todo en ese entorno. De los que en un terreno de juego ha vivido peleas entre
jugadores, agresiones de aficionados a árbitros… Pero jamás vi nada tan
vergonzoso como el ataque de Mourinho a Tito Vilanova. Aquel dedo en el ojo,
cobarde, traicionero, rastrero y su posterior continuación en sala de Prensa
llamándole “Pito” fue el momento que define a un personaje. El que lo estampa
públicamente, el que, efectivamente, le convierte en ‘the special one’ y luego
en ‘the only one’.
Tanto
es así, que algunos pobres carentes de personalidad y raciocinio (acertadamente
mi amigo Edu García les llama “cerebros rapados”) lo vieron como una señal y
adaptaron el momento a “Tu dedo nos señala el camino”. Increíble. ¿El camino a
dónde? ¿A la agresividad? ¿A la violencia? Porque a los títulos ya ha quedado
evidenciado que no señalaba.
Por
cierto, que en el reportaje que me ha llevado a esta reflexión, el improvisado
‘periodista’ le pregunta “¿a qué jugador de su plantilla no escogería nunca
como niñero de su hijo?”… Yo nunca le dejaría el mío a Mourinho…. Por cierto
que él contestó que nuca se lo “dejaría a Adán”.
Escribe para 'El Chut': Jorge Segura (@jseguraclara)
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No hay mas que leer el magnifico libro "preparense para perder".
ResponderEliminarmaquiavelo en persona.
A. Iniesta - lleida