--> Cada equipo de fútbol es un mundo. No hay dos clubes iguales por mucho que unos intenten “copiar” la filosofía de otros, y esto sucede porque cada conjunto tiene su historia, su idiosincrasia particular. El Fútbol Club Barcelona es el más claro ejemplo de equipo con un estilo propio e inmutable, pues tras la llegada de Cruyff, el espigado 14 holandés, fue cambiando su juego hasta ser lo que es hoy. Se puede decir que Johan tiró el guante, y Guardiola (sobre todo) y ahora Xavi y Tito lo recogieron.
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Alexis Sánchez, el discutido. |
Es un error enorme ligar las cualidades de un jugador a lo que un club paga por él, y más hoy en día, ya que el precio no depende de las características del jugador, sino de la necesidad del comprador.
Alexis Sánchez, el refuerzo de un Barça campeón
Alexis llegó en el verano de 2011 al Barcelona, equipo por entonces campeón que buscaba nuevos futbolistas, futbolistas que aportaran otras cosas al juego culé y, por qué no, supusieran competencia a los que ya estaban. Se quiso pensar que el chileno era un delantero, que aportaría gol… Pero, ¿qué hay de cierto en esto?
--> Por qué "Alexis sí": el chileno, todo
coraje, jamás da un balón por perdido. Si hace algunos meses un periodista
argentino llamaba perro a Messi, porque éste no dejaba de mirar el balón
obsesivamente, “El niño maravilla” no lo es menos. A pesar de ser extremo (pocas
veces jugó, al menos en el Barça, como delantero centro), su aportación al
juego defensivo es bastante alta, nunca rehúye del contacto, y su derroche
físico en cada partido es notable, juegue más o menos tiempo. En ataque, abre
el campo como pocos. Sus desmarques a espaldas de la defensa son vitales, ya no
tanto por su ejecución como por su intención. No debemos obviar que el conjunto
catalán plantea su juego a partir de Messi, y sobre el 10 gira todo. Son muchas las
veces que el argentino se aprovecha de los desmarques de Alexis para encontrar el
hueco. Además, pocas veces peca de egoísta, con lo cual suele dar bastantes
asistencias.
--> Por qué "Alexis no": es cierto que no
se debe mirar el precio (no confundir jamás con valor) pagado por un jugador,
pero los casi 40 millones que costó son una losa difícil de quitar. Debe ser
complicado, por mucho que intentes alejarte de la opinión pública, saber que si
fallas la gente alegará que “con lo que costó, no se puede permitir eso”. Pero
en su defensa se debe aclarar que Alexis jamás fue goleador. Ni delantero. La
temporada en la que más destacó anotó 12 goles en liga, aún con el Udinense
(su promedio goleador en toda su carrera es de 0,22 goles por partido jugado).
Por lo tanto, quizás esta sea su peor cara, la faceta goleadora. También, de la
virtud hace el defecto. Su insistente intento del regate provoca numerosas
pérdidas de balón. Cuando falla un remate, un pase o una gambeta, parece
“irse” del partido, lo cual a su nivel es preocupante.
Pero el chileno aporta otras
muchas cosas que deben ser tenidas en cuenta, como sacrificio, trabajo, lucha,
brega, carácter… Se le puede reprochar que no meta goles, pero nunca que no lo
intente. Al Barça, hoy por hoy, le es necesario un jugador así. Con su presencia,
la defensa rival debe repartir la marca, ya que el de Tocopilla puede regatear
con facilidad y plantarse ante el portero. Que falle luego o no, no es tan
vital. Porque tras esto, Messi, “alma máter” del Barcelona, tendrá mayor hueco
para jugar. Y al final, cuando el argentino juega a sus anchas, es sencillamente
imparable.
Escribe para 'El Chut': Diego Garcia (@quincevidas).
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