"" Del amor al odio: Marcelo Bielsa ~ El Chut <br> Expertos deportivos

"Que quien se calla cuanto me callé
no se podrá morir sin decirlo todo.".

José Saramago.

14 abril 2013

Del amor al odio: Marcelo Bielsa

--> Marcelo Alberto Bielsa nació un 21 de julio de 1955 en la ciudad argentina de Rosario, cuna de futbolistas del nivel de Messi y Di María, y también del “Trinche Carlovic”, seguramente recordado por los más románticos, los amantes del buen fútbol y la buena gambeta. En el seno de una familia acomodada, iba para abogado por herencia familiar. Su abuelo inscribió el apellido en el mundo de la justicia, y su padre siguió su camino. Pero “El loco” no se movía por la toga, sino por el barro. Desde chico sus pantalones llegaban sucios a casa tras horas y horas pateando el balón junto a los amigos. Cuentan que su tozudez era tal que un día un guardia lo llevó preso por jugar donde no se podía, y que el pequeño no cedió ante la autoridad hasta que salió de la comisaría con la pelota bajo el brazo. Con sus creencias, firmes y consistentes, hasta el fin del mundo. Así era Marcelo. Así es Bielsa.

Un artículo de Diego García (@quincevidas).

Foto: Alejandro Vasquez Nuñez.
Marcelo Bielsa, en un acto público. Foto: Alejandro Vasquez Nuñez.

--> Puro fútbol: Gusta de la buena comida, las buenas conversaciones con los amigos y la lectura. Pero si algo es Bielsa, es fútbol, puro fútbol. Su persistencia le llevó a debutar con Newell’s en Primera, pero al comprobar que sus cualidades no eran las mejores, decidió trasladar su intento de triunfar a los banquillos. Aquí destacan otras cualidades suyas, la honestidad y la sinceridad. Otra de sus pasiones es el cine. En Chile, país donde fue seleccionador, contactó con varios directores del séptimo arte para así conocer la situación del país. Y es imposible obviar su reunión con Guardiola y Trueba: los tres se juntaron para charlar sobre diversos temas, entre ellos, claro está, el fútbol.

El loco Bielsa

     “El loco” es un mote que proviene de su etapa como entrenador de las inferiores de Newell’s. Allí, cuando todas las categorías acababan sus entrenamientos, la de Marcelo seguía en la cancha. Un jugador, al observar esto, dedujo que para hacer tal cosa debía estar “loco”. Como dice el autor gallego Neira Vilas: “Los locos son respetados y temidos. Se les supone siempre algún genio o sabiduría”. Con Bielsa, esta frase obtiene todo su sentido. Genio y figura donde los haya, es amado u odiado, pero nunca deja indiferente.
Como todo genio, tiene momentos de luces, brillantes y formidables… Pero también de sombras. Y en éstos su excesiva obsesión por el orden y el trabajo bien hecho le juega malas pasadas. 

Seleccionador de Chile     

     Apoyándose en su figura, y sabiendo cuál era su papel en ese momento como seleccionador chileno, visitó un plató de televisión en este país que, tras un terremoto en marzo de 2010, quedó en la nada. El paisaje era desolador, con casas, colegios, hospitales… derruidos. Bielsa, esta vez ángel, dijo: “Cada espacio físico que veía era imposible de asimilar, y cada conversación que mantuve fue una bocanada de optimismo por el futuro de todos ustedes, porque esa gente va a reconstruir lo que perdió”.

     Otro ejemplo fue su visita a un centro de personas con discapacidades en el cual se luchaba por su integración en la sociedad a través de la natación. Marcelo, idolatrado por el director de dicho centro, se presentó personalmente en su lugar de trabajo para charlar con este hombre, que, atónito, pidió fotografiarse junto a su ídolo, en parte para demostrar que aquello era real. No era promoción, no buscaba la fama… Nadie se enteró de esa visita. Marcelo buscaba información de lo que allí hacían, simple y llanamente.

Marcelo demonio

     El Marcelo demonio se deja ver ante cualquier situación que se desvíe del guion original. Hombre metódico, firme y sereno en su trabajo, detesta de todo aquél que no se tome de la misma forma el suyo propio. Lo sucedido el pasado verano en Lezama es un claro ejemplo. Bielsa propuso al club una serie de reformas en la ciudad deportiva para así mejorar las condiciones de trabajo de sus jugadores. Esgrimió, entre otras razones, la siguiente: “jugadores de 50 millones de euros no pueden entrenar en campos así, donde en un giro pueden lesionarse para toda la temporada”. Y añadió peticiones ésta: “el gimnasio debe estar entre los vestuarios y el campo de entrenamiento”. 
Aseguró Marcelo que, tras una charla con Zanetti, éste le había explicado que antes y después de entrenar realizaba una serie de ejercicios para prevenir lesiones, y gracias a ello llevaba años sin sufrir percance alguno. 
El técnico, que se comunicaba día tras día con los encargados de la obra (los cuales le comentaban siempre que el trabajo se desarrollaba en el plazo correcto), llegó para iniciar la pretemporada. Al aterrizar en Bilbao visitó Lezama, y comprobó que las obras no estaban ni por la mitad. El rosarino montó en cólera. Exigió responsabilidades a los operarios, y ante la falta de, para él, profesionalidad, agredió al encargado en una acción jamás justificable, por mucha razón que probablemente tuviera. 
El Athletic estuvo a un paso de despedirlo, pero la gran masa social bilbaína consiguió neutralizar esta intención. Para el recuerdo queda la rueda de prensa pidiendo disculpas y mostrando una autodenuncia, ya que Bielsa entendió que el agredido estaba en todo su derecho a denunciarlo, pero que quizá no lo hacía porque su posición era sin duda desfavorable en comparación con la del entrenador del equipo de la ciudad.
     Aquella rueda de prensa demostró, también, el nivel de los periodistas españoles cuando, tras una larga y detallada explicación, el primer periodista en preguntar dijo: “¿Qué es lo que entiende usted por: a la fuerza?”. Adjunto aquí una frase de mi compañero @sergiomguti: “Sobre todo disfruto con esa manera tan suya de hablar a los periodistas como si fuesen personas interesadas en un discurso culto, como si estuvieran a su nivel intelectual. Es una maravilla, porque nadie entiende una mierda de lo que dice”. 

El Athletic de las dos finales perdidas

     Muchos lo critican también por las dos finales perdidas de la misma forma… Pero lo que pocos valoran es su trayecto. Para la memoria quedan las eliminatorias, sobre todo la ganada al Manchester United, que si bien no era el de antaño poseía jugadores como Rooney, Valencia, Nani, De Gea… Los leones jugaron un fútbol maravilloso, increíble… Intensos, peleones, aguerridos, pero con técnica, calidad… Alternando balones en corto, con pelotas en largo… El primer año de Bielsa en el Athletic fue apoteósico. Quizás por eso gran parte de la afición sigue de su lado, ahora que las cosas van mal. Los románticos tiraremos siempre por Bielsa. Defiende el fútbol con todo su corazón. Sus valores.
     Para Bielsa, el fútbol es esto: “Éramos todos muy amigos, nos gustaba jugar juntos. Lo pasábamos bien reunidos, intentábamos hacerlo lo mejor posible. Atacar mucho, y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar, y esperábamos la compañía de la suerte”. 
     Muchos verán aquí a Pep Guardiola. Quizás en aquella charla Pep pronunció unas palabras muy parecidas, porque el entrenador catalán basó su juego en atacar, atacar y atacar. Y cuando se perdiese el balón, morder hasta tenerlo. La pelota es el centro, el objetivo. El que la tenga tiene ganada la mitad del partido.

El penúltimo reto de Marcelo Bielsa

     Bielsa está ahora ante un reto mayúsculo. Recuperar a una institución cuando directiva y jugadores están (o eso parece) en su contra. Achacan su rebeldía con el técnico a su carácter díscolo, testarudo… Y los jugadores, agobiados y presionados hasta la extenuación, parecen necesitar un descanso. Un exjugador suyo llegó a admitir que un año con Marcelo son como cinco con cualquier otro entrenador.

     Quizás su mala relación con la prensa, antes citada, tenga que ver con esa mala fama. Bielsa, que jamás concede entrevistas (“porque el medio más chico de todos merece la misma atención que el más famoso, pero no se le da”), sí se para todo el tiempo necesario en las ruedas de prensa. Su escasa participación en la polémica, su honradez, que tanto parece molestar en este país, y su sinceridad, un valor único en un territorio donde los cargos más representativos están demostrando cómo mentir pretendiendo no ser descubiertos, a veces parecen jugar en su contra. En Chile echan de menos a Bielsa. Aquí, lo echaremos cuando se vaya. Personalmente, admiro, y admiraré siempre al que anteponga el balón a cualquier otro aspecto del fútbol. “Si se pierde, es porque el rival fue mejor”.

     Aquel “dos” bruto, torpe y sin técnica acabó por ser uno de los mejores técnicos del mundo. Acertó dejando de darle patadas al balón con el pie, para dárselas con la cabeza. Y, en el fondo, sigue la estela familiar de la abogacía. No con una titulación en Derecho en alguna de las mejores facultades del mundo, sino ayudando al de a pie, como hizo numerosas veces, a salir de problemas económicos o de otra índole. Bielsa, el justiciero. Bielsa, ángel o demonio, pero siempre Bielsa.
“Estás loco, pero te diré una cosa: las mejores personas lo están”

Escribe para 'El Chut': Diego García (@quincevidas).

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3 comentarios:

  1. Se aceptan opiniones, un debate sobre Bielsa no estaría mal :D

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    1. ¿A qué crees que se debe que Bielsa nunca haya aguantado un ciclo largo en ningún equipo? En ese sentido, la comparación con Mourinho está ahí (válgame el cielo).

      Viva Bielsa.

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  2. Por un lado, creo que el primer punto de diferencia entre Bielsa y Mou, según tu acertado planteamiento, es que uno desgasta a sus jugadores por la lucha interna (comentan que fomentando la competitividad montó un lío entre Lampard y Terry que casi acaban a leches), por las excusas de los árbitros, y por decantarse por un clan de la plantilla (al menos en el Madrid) mientras que Marcelo exige siempre que estén centrados al 100%, sus entrenamientos no son especialmente cortos que se diga, y siempre a una intensidad muy elevada. Por ese lado, creo que ambos duran poco en los banquillos, pero como se puede apreciar, por motivos muy opuestos.

    Aún así Bielsa estuvo varios años entrenando a Selecciones (6 a la argentina y 4 a la chilena)aunque acepto que no es lo mismo que a un club...

    Supongo que todos tuvimos jefes un tanto "impertinentes", "semiperfectos" y "metomentodo". Esto es elogiable, porque muestra una capacidad de sacrificio por tu labor enorme, pero causa fatiga a tus trabajadores...

    Espero que sirviese mi planteamiento :)

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