--> ¿Contratarían para su equipo a un jugador como Balotelli? Yo sospecharía rápidamente de alguien que para reivindicar su talento, necesita dar constantemente la nota con excentricidades que rayan lo surrealista. Eso o que le falta un hervor, que para el caso, el resultado es similar. Basta con echar una mirada rápida en internet para encontrar decenas de anécdotas para definir la personalidad de este incalificable jugador. Me llama, eso sí, la atención la benevolencia y hasta simpatía casi unánime de sus entrenadores, capaces en un momento dado de ahogarle en el banquillo en un arrebato de furia desesperada, atemperada con el tiempo hasta convertir el agravio o indisciplina en una divertida anécdota para adornar un libro de memorias.
Un artículo de Luis Jiménez (@lujimmix)Seguir a @lujimmix
Mario Balotelli. Foto: DrabikPany. |
Hasta el mismísimo Mourinho, rey del ego superlativo, contaba
sonriendo a la CNN que en un partido del Inter, con Mario ya sancionado con una
amarilla, habló con el jugador en el descanso para pedirle calma, ya que no
tenía más delanteros en el banquillo para afrontar la segunda parte. La
tranquilidad le duró justo un minuto… tiempo que tardó el árbitro en enseñar a
Balotelli la tarjeta roja. Imagino la gracia que le hizo a Mou quedarse con uno
menos…y sin delantero. La misma que a Prandelli ver en el banquillo de la
Azzurra a un tipo jugando con un Ipad en pleno partido.
Mario Balotelli es un tipo que no ha tenido una vida fácil. Ser hijo de inmigrantes en un país extraño, abandonado a tu suerte, enfermo y sin nadie que te atienda y negro en un país de blancos (repasen los episodios racistas que el mismo Balotelli ha padecido) es una condena segura a la marginación y la delincuencia, salvo que destaques en algo. A Mario la naturaleza le concedió un don: ser un genio con un balón en los pies, cualidad que en un país tan futbolero como es Italia, es una tabla de salvación ante el abismo de la miseria. Si coincide, además, que en Italia, 'talentinos' como Baggio o Cassano estaban en vías de extinción, la llegada de Balotelli fue como una enorme bocanada de aire fresco. A partir de aquí, su vida ha sido una especie de tobogán superlativo. Grandes equipos, grandes contratos, grandes traspasos, grandes partidos, grandes expectativas, circulando en paralelo con grandes excentricidades, grandes problemas con la ley, grandes actos de indisciplina y grandes dudas sobre la salud mental de este particular futbolista. Lanzar dardos a sus rivales, estrellar deportivos que valen cuatro veces lo que un italiano medio gana en todo un año, rifar públicamente a su novia o tener sexo inoportuno en los momentos más inoportunos, es posible que tenga su punto divertido, pero no es lo que uno espera de un futbolista profesional, por muy genio que sea, mucho que presuma de 'Yo o el caos' o se queje de '¿Por qué siempre yo?'. Qué quieren que les diga, si a mí me dan a elegir entre dos genios como Messi o Balotelli, tengo clara mi elección.
Mario Balotelli es un tipo que no ha tenido una vida fácil. Ser hijo de inmigrantes en un país extraño, abandonado a tu suerte, enfermo y sin nadie que te atienda y negro en un país de blancos (repasen los episodios racistas que el mismo Balotelli ha padecido) es una condena segura a la marginación y la delincuencia, salvo que destaques en algo. A Mario la naturaleza le concedió un don: ser un genio con un balón en los pies, cualidad que en un país tan futbolero como es Italia, es una tabla de salvación ante el abismo de la miseria. Si coincide, además, que en Italia, 'talentinos' como Baggio o Cassano estaban en vías de extinción, la llegada de Balotelli fue como una enorme bocanada de aire fresco. A partir de aquí, su vida ha sido una especie de tobogán superlativo. Grandes equipos, grandes contratos, grandes traspasos, grandes partidos, grandes expectativas, circulando en paralelo con grandes excentricidades, grandes problemas con la ley, grandes actos de indisciplina y grandes dudas sobre la salud mental de este particular futbolista. Lanzar dardos a sus rivales, estrellar deportivos que valen cuatro veces lo que un italiano medio gana en todo un año, rifar públicamente a su novia o tener sexo inoportuno en los momentos más inoportunos, es posible que tenga su punto divertido, pero no es lo que uno espera de un futbolista profesional, por muy genio que sea, mucho que presuma de 'Yo o el caos' o se queje de '¿Por qué siempre yo?'. Qué quieren que les diga, si a mí me dan a elegir entre dos genios como Messi o Balotelli, tengo clara mi elección.
Escribe para 'El Chut': Luis Jiménez (@lujimmix).
Seguir a @lujimmix
Luis Jiménez es periodista deportivo.
Pinche aquí para consultar otros artículos de Luis Jiménez.
Comparte este artículo:
Balotelli, más allá de sus episodios surrealistas, es un genio por días. Como Ibra... Tienen un partido o dos por temporada en los que se ilumina su bombilla y lo parten. Literalmente.. Tienen dos partidos en los que son jugadores top.
ResponderEliminarPero cuando está Cristiano, y sobre todo Messi... Que se visten de superheroes todos los días...
Coincido contigo, buen artículo.